UNA TAZA Y DOS DE CULTURA

El amor se encuentra en todas partes, en el desierto por ejemplo

Pueblo Mágico ¿Les suena el término? Según la Secretaría de Turismo Federal  al hablar de pueblos mágicos nos referimos a una localidad que tiene atributos simbólicos, leyendas, historia y hechos trascendentes. Que te emanan una en cada una de sus manifestaciones socio-culturales y que significan hoy una gran oportunidad para el aprovechamiento turístico. Al día de hoy se cuenta con 132 pueblos mágicos.

¿Sabías qué Coahuila cuenta con siete pueblos mágicos? ¿Sí? ¿Te los saben? Aquí te dejo un acordeón: Parras de la Fuente, Cuatro Ciénegas, Arteaga, Candela, Guerrero, Múzquiz y Viesca. De este último te voy a platicar porque en los últimos 3 años se ha desarrollado un proyecto que fortalecerá gran parte de los atributos que como pueblo mágico ya cuenta.

La Universidad Autónoma de Coahuila en Viesca tiene  el Centro de Investigación y Jardín Etnobiológico (CIJE, para ahorrar caracteres). Donde se busca promover el estudio y valoración de esta región como patrimonio y potenciar la categoría de Pueblo Mágico que Viesca tiene desde el año 2012.

El día de mañana no encontrará solamente en Viesca sotol, mamones (pan), un atardecer maravilloso o la tradicional Procesión del Silencio sino también un Centro de Investigación donde se cuida, protege y difunde la biodiversidad del Desierto Coahuilense. Un ejemplo de como la Universidad se vincula y trabaja para la sociedad.

No se incomode con el nombre, de verdad que el CIJE lo que busca es que las y los ciudadanos conozcan la belleza del desierto, su nombre, propiedades e historia. No te quedes con “que bonita planta”, aprendamos sobre la relevancia, utilidad que se le da, además de enriquecer nuestra cultura general, ¿Apoco no le gustaría saber para qué sirve la gobernadora? O es más saber diferenciar de una planta a otra de las que ve en carretera.

Además de que el Centro cuenta ya con una réplica de horno de cal, una sala de exposiciones y te aseguro que más de uno querrá fotografía con las esculturas de hormigas gigantes realizadas por la comunidad universitaria de la Escuela de Artes Plásticas Profesor Rubén Herrera.

Este proyecto es ejemplo de que unidos se hacen las cosas mejor. El proyecto si bien fue liderado por la Universidad con su Rector Salvador Hernández Vélez, cuenta con el apoyo de cientos de personas e instituciones que conjuntaron esfuerzos y donativos para materializar la ya inaugurada primera etapa. Entre los que se han visto  involucrados el Gobierno del Estado; Gobierno Municipal de Viesca, Conacyt, SEMARNAT, CONAZA, CONAFOR, PROFEPA, la Secretaría del medio Ambiente del Estado, el Museo del Desierto, Ayuntamiento de Lerdo, Ejército Mexicano y el Ejido Tomás Garrido Canabal, Grupo México, instituto Mexicano de Tecnologías de la Información y Comunicación. Otras empresas. Además de aliados de la educación como la UJED, CIQA, UAAN, CIGA, entre otras.

Hernández Vélez mencionó en la pasada inauguración  en el mes de mayo “Hoy, la Universidad puede decir con orgullo que el CIJE fue construido por cientos de personas, de Viesca, de la propia universidad, entre ellos los estudiantes, los lobos al Rescate y los que integran la sociedad”.

El CIJE que lleva por nombre “Dr. Gregorio Martínez Valdés”  es una realidad. Como lo señala Hernández Vélez “Un espacio público al servicio de la sociedad”. El visitarlo te enseñará apreciar el desierto que nos rodea, las bondades que nos brinda la naturaleza y lo gratificante que es trabajar en conjunto para desarrollar proyectos como este.

¿Cuántos pueblos mágicos dijimos que teníamos? Exacto, 7. Y uno de ellos con un Centro de Investigación con más de 6 mil 500 plantas siendo un espacio para que las y los visitantes aprendan de los ecosistemas del desierto, de su flora, fauna, tradiciones e historia además de ser un camino más para el desarrollo de este municipio.  Para hacer de un hoy un mejor día que ayer.

 

Las y los coahuilenses no vencimos al desierto, aprendimos a vivir con él y valorarlo ¿Vamos a Viesca?

 

 

 

Autor

Sergio Arévalo