Suman 70 sacerdotes y religiosos asesinados en los últimos 5 sexenios

Ciudad de México. – En los últimos cinco sexenios la Iglesia Católica ha registrado 70 atentados en contra de sacerdotes y religiosos, lo que convierte a México en el lugar más peligroso de América Latina para ejercer esta profesión y vocación.

De acuerdo con el documental Tragedia y crisol del sacerdocio en México, elaborado por el Centro Católico Multimedial y que este fin de semana se dio a conocer públicamente, amenazas, extorsiones, asesinatos y desapariciones, son los crímenes que a lo largo de 28 años y más intensamente en la última década sufren sacerdotes, religiosos, seminaristas y agentes de evangelización, resultado de la imparable ola de inseguridad y violencia que predomina en gran parte del territorio nacional, según publicó Excélsior.

El documental de más de una hora de duración y que está disponible en YouTube y Twitter, establece que existen entidades completas del país, como Guerrero, en las que los ministros de culto católico transitan «entre narcotraficantes» y las agresiones perpetradas por el crimen organizado en comunidades como Ciudad Altamirano, han impactado negativamente la captación de más vocaciones debido a que la violencia cometida contra religiosos aleja a los jóvenes del seminario.

Los números de asesinatos contra sacerdotes y religiosos en México precisan que en los últimos 28 años han sido asesinados 1 cardenal, 52 sacerdotes, un diácono, 9 laicos y una periodista católica.

Todos ellos suman 70 crímenes, de los cuales 68 fueron «arteros» y dos más son desapariciones de religiosos aún no aclaradas.

A propósito del alto número de ataques contra sus integrantes, el documental realiza un conteo de todos los crímenes cometidos en cada sexenio.

Por ejemplo, en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, el 24 de mayo de 1993 fue asesinado en Guadalajara, Jalisco el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo y a la fecha no hay nadie en prisión por este crimen.

Además del cardenal, en distintos momentos del sexenio también se ejecutó a 3 sacerdotes en Ciudad de México, Chihuahua y Michoacán.

En el periodo de Ernesto Zedillo, la iglesia católica perdió a 3 sacerdotes en Michoacán, Oaxaca y Coahuila, en tanto que con Vicente Fox la estadística apunta a 4 sacerdotes y un diácono asesinados en Jalisco, Baja California, Chihuahua y Ciudad de México.

El sexenio de Felipe Calderón fue uno de los más agresivos para la iglesia católica al perpetrarse  25 homicidios: 17 sacerdotes, 3 religiosos, 4 laicos y una periodista católica y los cuales se cometieron en  Hidalgo, Ciudad de México, Aguascalientes, Puebla, Veracruz, Chihuahua, Tamaulipas, Estado de México, Durango, Sinaloa y Guerrero.

Los muertos para los integrantes de la iglesia católica en el sexenio de Enrique Peña Nieto – detalla el documental – «alcanzó nuevos e históricos eventos de violencia» ya que la criminalidad privó de la vida a 24 sacerdotes, 6 laicos, 2 secuestros frustrados y 2 sacerdotes desaparecidos además de los atentados cometidos contra la sede de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y el primer hecho de sangre registrado en la catedral metropolitana que acabó con la vida de un sacerdote al término de la misa.

En este caso los estados en los que tuvieron lugar los asesinatos fueron Veracruz, Colima, Baja California, Chihuahua, Guanajuato, Jalisco, Nayarit, Morelos, Guerrero y Estado de México.

Los sacerdotes viven en línea de fuego en México

Por lo que hace al actual sexenio,  el documental precisa que Veracruz, Michoacán, Ciudad de México; Guerrero, Chihuahua, Sinaloa, Tamaulipas, Puebla, Estado de México, Morelos y Oaxaca «están en línea de fuego como zonas de alta incidencia» en razón de que ahí los sacerdotes viven violencia como en tiempos de guerra, poco visible pero similar a la que enfrentan periodistas, mujeres y grupos vulnerables.

Del 2018 a la fecha, se han contabilizado tres asesinatos contra clérigos católicos.

Finalmente, una de las  diversas hipótesis del porqué asesinan a los sacerdotes en México radica en el hecho de que se trata de custodios de los derechos humanos y su liderazgo social confronta a la criminalidad. (EXCÉLSIOR)