AVISO DE CURVA

Gobierno y competitividad en Saltillo, para la crisis eficacia y resultados

 En un momento en el que los gobiernos eficaces son cruciales para enfrentar los retos dejados por la pandemia y la crisis económica, el alcalde de Saltillo, Manolo Jiménez Salinas, dejará a su sucesor una ciudad situada en los primeros lugares en competitividad, seguridad y calidad de vida.

En efecto, Saltillo se encuentra en posiciones destacadas, prácticamente en todos los rankings nacionales que miden las capacidades gubernamentales para crear las condiciones que hagan de un espacio geográfico y administrativo un lugar atractivo para vivir e invertir.

Por ejemplo, en 2020, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) ubica a Saltillo como la ciudad, de entre 500 mil y un millón de habitantes, más competitiva del país. Haciéndose visible la calidad de su Gobierno, ya que en este componente (gobierno eficiente y eficaz), la capital de Coahuila también se sitúa en el primer lugar de las 24 ciudades de su categoría.

Asimismo, en lo que respecta a la calidad de vida y habitabilidad, en 2019, el Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE) situó a Saltillo como la ciudad con el mayor Índice de Calidad de Vida del país y en la quinta posición de entre las metrópolis más habitables.

Por si fuera poco, la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana aplicada trimestralmente por el INEGI, muestra que, durante los últimos 12 levantamientos, la capital coahuilense se mantiene entre las ciudades con una menor percepción de inseguridad del país, ubicándose incluso como la urbe más segura de México en abril de 2019 (en el primer trimestre de 2021 se coloca en la octava posición).

En este mismo sentido, el INEGI también informa que Saltillo se ubicó como la tercera ciudad con la menor incidencia delictiva en el país, según la Encuesta Nacional de Victimización y Seguridad Pública 2020.

Más allá de los resultados, los cuales, por supuesto, no debemos ignorar, sobre todo en una época en la que los discursos y la palabrería intentan sustituir a la razón de ser del Gobierno que es asegurar la paz y mejorar las condiciones de vida de la población a través de políticas y programas concretos que se puedan medir y evaluar, lo que me interesa destacar, al hacer visibles algunos de los logros de la actual administración municipal, es que, frente al cambio que se avecina, los habitantes de Saltillo deberán estar atentos a las acciones que proponga el futuro alcalde, José María Fraustro Siller, dirigidas a mantener los indicadores expuestos anteriormente, competitividad, seguridad y calidad de vida.

El próximo presidente municipal tendrá que imprimir un esfuerzo considerable para impulsar los distintos componentes que han hecho de Saltillo una ciudad competitiva. Por lo pronto, ‘Chema’, como se le conoce, asumió una posición retadora durante su campaña al ofrecer que haría de esta ciudad la “Mejor capital de México”.

Saltillo ya es, según los distintos rankings nacionales, una de las mejores ciudades para vivir e invertir. Por lo que el nuevo alcalde deberá evitar hacer de su administración un traspase del pasado, anclándose en indicadores que se han construido durante varias administraciones.

Al contrario, lo que esperan los saltillenses de Fraustro Siller es que antes de asumir el cargo presente un diagnóstico estratégico de la ciudad en donde se señalen aquellos indicadores que habrán de mantenerse en lo más alto del ranking, tal es el caso de la competitividad urbana y la calidad de vida.

También, deberán considerarse aquellos indicadores catalogados como irreductibles y que, bajo ninguna circunstancia, se pueden dejar caer. Me refiero a la percepción de inseguridad, índices delictivos y capacidad de respuesta de la policía municipal.

Por último, el sello personal que José María Fraustro Siller podría imprimir a su administración, es avanzar en aquellos vectores sociales que en distintas zonas urbanas de rápido crecimiento se han descuidado. Me refiero a la calidad del transporte, los servicios públicos, el combate a la pobreza y la marginación urbana, la movilidad vehicular y peatonal, la creación de un ecosistema emprendedor propicio para la inversión de la pequeña empresa, entre otros indicadores y variables del desarrollo municipal.

Lo que debe quedar claro para las distintas administraciones es aceptar la primera regla de un buen Gobierno: “un resultado favorable mata crisis, discurso y palabrería”.

 

olveraruben@hotmail.com

 

 

Autor

Rubén Olvera Marines
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