EL GRAVE RETO DEL PRI

 La toma de las instalaciones del CEN del PRI en la Ciudad de México por grupos que demandan la renuncia del dirigente nacional, Alejandro Moreno, amenaza con provocar un mayor debilitamiento del partido tricolor.

Y es que después de que el Revolucionario Institucional no ganó ninguna de las 15 gubernaturas en disputa el pasado seis de junio, si bien obtuvo un mayor número de diputaciones federales, enfrenta el proceso de repartir culpas, por lo que el martes un grupo de priistas dirigidos por el exgobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, tomaron el edificio priista de la capital del país. Por la tarde del mismo día, los manifestantes fueron agredidos por un grupo de choque y hasta un lesionado de bala resultó.

Pero estos hechos tienen que ver más con cuestiones personales entre Ulises y Alito que con las recientes elecciones. El primero de ellos demandó judicialmente hace dos años al segundo por enriquecimiento inexplicable, mientras que el de Campeche acusó al oaxaqueño de haber apoyado a candidatos de Morena y otros partidos.

Los sectores y organizaciones del PRI reprobaron la toma de las instalaciones, y Ulises Ruiz culpó de la violencia a Moreno Hernández y al exgobernador de Coahuila, Rubén Moreira. En este contexto, salta a la palestra el exgobernador de Hidalgo y coordinador de la fracción del PRI en el Senado, Miguel Ángel Osorio Chong, con el objetivo de dirigir a dicho instituto político.

El tema tiene su impacto en Coahuila, porque el gobernador Miguel Ángel Riquelme, ha dicho que no tiene interés en dirigir al PRI sino que cumplirá hasta el último día su encargo como mandatario.

También ha asentado que los diputados federales electos por Coahuila “sólo responderán a los coahuilenses” y serán un contrapeso responsable, un bloque opositor, ello ante el interés del presidente Andrés Manuel López Obrador de negociar con los priistas para tener mayoría calificada en la Cámara Baja y poder realizar reformas a la Constitución.

De renunciar Alejandro Moreno y si lo sucede alguien contrario al grupo que encabeza, se debilitará también la posición de Rubén Moreira, como próximo coordinador de los diputados priistas.

El PRI enfrenta el grave reto de mantener la unidad o acabar por fragmentarse.