Griselda Quezada Jiménez: la experiencia de combatir de cerca a la Covid-19   

La enfermera saltillense atendió a pacientes con esta enfermedad en la clínica 1 del IMSS

Desde marzo del 2020 hasta hace poco menos de dos meses, Griselda Quezada Jiménez formó parte del equipo de enfermeras que atendió pacientes con Covid-19 en el área acondicionada para este efecto dentro del Hospital General de Zona 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en Saltillo, lo que la orilló a combatir de cerca esta enfermedad.

«En realidad nadie estaba preparado para esto. En lo personal, el primer día que me tocó entrar al área Covid lo recuerdo muy bien, fue un 8 de marzo del 2020. Se empezaban a presentar casos en Saltillo y me quedé helada, entré al área molesta porque te entra el miedo de algo que era desconocido. Era una sensación de temor que no podía con ella, después de eso recibimos más pacientes», compartió con EL HERALDO, Quezada Jiménez.

«Estoy muy orgullosa de haber participado en todo esto de la lucha contra la Covid. Sé que a todos los compañeros nos marcó porque nos quedamos con muchas experiencias de valorar la vida porque vimos de cerca cómo se puede ir en un instante, así tengas 30, 40 o 50 años. Esto nos va a servir de experiencia a todos», agregó.

VIVIRLO EN CARNE PROPIA 

Aunque Griselda seguía todos los protocolos marcados para evitar contagiarse, el contacto diario con casos positivos de este virus ocasionó que su hijo, de 6 años, su madre y ella, lo contrajeran. Una vez pasado el aislamiento de 14 días por parte de los tres, en su domicilio ubicado en el Fraccionamiento Real del Sol, y comprometida con su vocación de servir a los demás, regresó al Hospital.

«Me contagié en enero de este 2021, te cambia la vida de un segundo a otro. De repente yo estaba bien y luego el sentir que te falta el aire, se siente horrible. Estaba aislada en una habitación, mi hijo lloraba y yo no sabía ni cómo atenderlo, se siente horrible. Te hace valorar la vida, ya lo viví en carne propia», platicó.

«Estaba muy asustada, con el temor de que fuéramos a necesitar oxígeno. Tardé un poco en recuperarme, sí me tardé como unos meses. Gracias a Dios ya salimos de esto», ahondó la enfermera saltillense de 40 años.

 

TESTIGO DE DESPEDIDAS 

En sus palabras, lo que más guardará en su memoria fue ver cómo decenas de pacientes murieron al perder la batalla contra este mal. Incluso recuerda a una pareja de adultos de la tercera edad a quienes se les internó por Covid en este nosocomio. Sus últimos momentos juntos los vivieron en este lugar.

«Tuvimos demasiadas experiencias. Se me quedó grabado un matrimonio de personas con 70 o 75 años. Ingresaron los dos al mismo tiempo, el señor no estaba tan mal y la señora estaba dentro de lo que cabe bien. La señora se deteriora de un día para otro y el señor empieza a recuperarse», narró.

Pese a que olvidó sus nombres, nunca olvidará como él preguntaba día a día por su esposa, quien se encontraba en una habitación contigua, en la cual se dieron el «último adiós».

«Estaba en una habitación ella y él en otra. Entre los compañeros llevamos al señor para que se despidiera de su esposa; a ratos estaba lúcida, lo reconoció. Todos estábamos con lágrimas porque te daba mucha tristeza, al señor lo trasladan a Cemex (unidad médica temporal para atención Covid en Saltillo) y al día siguiente fallece la señora», rememoró.

Por último, llamó a la ciudadanía a no bajar la guardia contra la Covid-19, manteniendo las medidas necesarias para su combate como uso de cubrebocas, lavado de manos y respetar la sana distancia, lo que abonará a que la enfermedad continúe en descenso. (OMAR SOTO / EL HERALDO)