EN EL TINTERO  

Nuevo modelo educativo

Está próximo a concluir el ciclo escolar 2020-2021 en Coahuila con un saldo de dos estudiantes de educación básica contagiados de Covid-19, uno en Parras de la Fuente y uno en Saltillo. Ambos pertenecen a escuelas que participan en el programa piloto implementado por el Gobierno del estado a través de la Secretaría de Educación.

Sin embargo, la cifra es baja considerando el número de estudiantes que participa en esta etapa, cuyos resultados serán clave para el próximo regreso a clases presenciales en el siguiente ciclo escolar. Según la autoridad, dichos casos son externos, es decir, que los alumnos no ingresaron a las escuelas sino fueron contenidos en los filtros dispuestos para ello, evitando un brote en la comunidad escolar.

Dicho programa definirá lo protocolos que deberán utilizarse en el inicio del ciclo 2021-2022. A prueba y error, determinarán cuál será la mejor manera para el regreso a las aulas sin que ello represente un riesgo latente para estudiantes, docentes y padres de familia.

Aunque se hicieron todos los esfuerzos pertinentes, el sector magisterial reconoce que las clases a distancia dejaron un importante rezago educativo, pues nadie estaba preparado para dar y recibir clases en línea, por lo que resulta urgente elaborar un plan efectivo para el pronto regreso a clases presenciales.

Sin duda, el país requiere de la construcción de un nuevo modelo educativo, en donde una de las prioridades debe ser la atención de la salud emocional, y las nuevas necesidades que ha dejado la pandemia en el ámbito académico.

Recientemente el secretario de Educación, Higinio González Calderón, reveló que los estudiantes que regresaron a las aulas manifestaron graves problemas de salud emocional, muchos de ellos, derivador de la violencia familiar que se acentuó durante los peores meses de la crisis sanitaria que obligaban al confinamiento.

¿Pero están preparadas las escuelas para atender esta situación? Aunque el secretario asegura que el 90 por ciento de las escuelas cuentan con psicólogos, en la práctica existe una gran ausencia de este tipo de atención, pues aquellas áreas de apoyo especial y psicológica no tienen la capacidad para detectar y atender a todos los niños con esta problemática.

Ni que decir de las instituciones de salud pública que de por sí no están preparadas para atender enfermedades comunes, mucho menos la salud emocional.

Pero regresando al tema educativo, una de las principales lecciones que deja esta contingencia sanitaria, es la urgente necesidad de ejecutar un plan de continuidad académica, en donde se asegure el aprendizaje de los alumnos, sin importar las pandemias en el mundo.