COLOMBIA PERDIÓ EL MIEDO Y ESTÁ EN LAS CALLES

 

Oye, Israel, y ¿qué onda con Colombia? Bueno, bueno, pues ahí les va: No hace más de dos años, Chile y Ecuador pasaron por protestas sociales, en gran parte detonadas por medidas gubernamentales que le pegaban directo al bolsillo de la gente. Resulta que el gobierno colombiano no puso sus barbas a remojar y ahora está en jaque.

Al presidente Iván Duque se le ocurrió la brillante idea de proponer una reforma fiscal que gravaría algunos productos de la canasta básica, lo cual no le gustó a los ciudadanos. Nótese que un 42% de ellos de ellos viven en situación de pobreza. Y como duele más una patada en el bolsillo que en la espinilla, la gente decidió salir a las calles a protestar. A ese conato se le sumó la fuerza de algunos sindicatos y organizaciones estudiantiles, y así comenzó la bola de nieve.

Repentinamente, la protesta ya no iba sólo contra la reforma fiscal del presidente, sino para hacer evidente el malestar por la desigualdad, la incapacidad del gobierno para resolver los problemas originados por la pandemia, la corrupción, y otros males.

Pero lo que realmente le echó gasolina a la hoguera, fue la respuesta de las fuerzas armadas y policiales. Teniendo en cuenta que estos cuerpos estaban entrenados para hacer frente a las guerrillas y narcotraficantes, pues no tienen los métodos más cordiales para disolver protestas. Si el ESMAD, o Escuadrón Móvil Antidisturbios tenía como misión aplacar a las manifestaciones, está haciendo todo lo contrario.

El saldo se estima en 60 muertos y 2,300 heridos en los dos meses que ha durado esta turbulencia social. La violación a los derechos humanos es tan evidente que el caso ha prendido alertas en Naciones Unidas y tiene al país en el reflector de la comunidad internacional.

Y aunque el presidente Duque ya echó para atrás su reforma fiscal, las protestas continúan y su aprobación se ubica en los 20 puntos aproximadamente, lo cual lo pone en una posición muy difícil para seguir teniendo condiciones de gobernabilidad en el futuro. Bien dicen que en política sólo se comente un error, y lo demás son las consecuencias.

Por otro lado, está la sociedad colombiana, que clama “haber perdido el miedo” y estar puesta para exigirle mejoras inmediatas al gobierno. Y aunque las protestas no representan a todos los colombianos, sí hay un consenso en que la actual administración debe hacer cambios. Pase lo que pase, este episodio marcará el legado de Duque como presidente, y abre la puerta para que existan reformas forzadas a la Colombia de las próximas décadas. No’más eso está en juego en las calles.

 

Israel Navarro es Estratega Político del Instituto de Artes y Oficios en Comunicación Estratégica. Twitter @navarroisrael