ISRAEL Y PALESTINA: UN PLEITO ETERNO ENTRE PRIMOS

Explicar el conflicto entre Israel y Palestina en dos minutos está ‘cabrown’, pero ahí les voy. Históricamente, en el territorio habitaban pueblos musulmanes, judíos y cristianos. De hecho, en Jerusalén, convergen tres lugares icónicos a unos cuantos metros: la Iglesia del Santo Sepulcro, donde los cristianos creen que Jesús resucitó; la Mezquita de Al Aqsa y la Cúpula de la Roca, donde los musulmanes creen que Mahona ascendió al cielo; y el Muro de las Lamentaciones que bordea al Sanctasanctórum, el lugar más sagrado para los judíos.

A Dios rogando, y con el mazo dando, cada grupo que habita la región siente que, por herencia religiosa, el territorio es suyo y los demás son intrusos. Pero además, el nacimiento del Estado de Israel no se dio en los mejores términos. Después de la Primera Guerra Mundial, el territorio de Palestina era administrado por Reino Unido por un mandato de la Liga de la Naciones. Tras el Holocausto en la Segunda Guerra Mundial, se incrementó la migración judía a estos territorios ocupados principalmente por comunidades musulmanas. Pero, la presión del movimiento sionista para establecer un Estado fue tal, que Naciones Unidas tuvo que dar manotazo, y el 14 de mayo de 1948 se fundó el Medinat Yisrael. Al día siguiente, Egipto, Jordania, Siria e Irak lo invadieron. Esa fue la primera guerra árabe-israelí, y desde entonces ha habido múltiples conflictos, ocupaciones y desalojos, por lo que ninguna de las partes está dispuesta a coexistir en las regiones designadas.

Obvio, esto ha desencadenado la formación de organizaciones militares palestinas, como el “Hamás”, o Movimiento de Resistencia Islámico por sus siglas en árabe, que desde su nacimiento en 1987 ha luchado por el establecimiento del Estado Palestino a través de medios poco pacíficos, por lo que es considerada como una organización terrorista por varios países.

El horno tan no está para bollos, que la tensión llega a nivel de barrio. Los recientes ataques fueron detonados por la amenaza de desalojo de unas cuantas familias palestinas en el barrio acomodado de Sheij Jarrah, por una demanda de un grupo de colonos judíos. Los palestinos, argumentan que las leyes solo defienden a los judíos y que es inútil pelear en las cortes. Por eso, ¿para qué dirimir un pleito vecinal ante el juez, si nos podemos agarrar a misilazos?

¿Alguna vez habrá paz en el Medio Oriente? Es difícil, porque para que eso suceda, Israel tendría que apoyar la formación del Estado Palestino, el cual incluiría a Hamás. Tendría que terminar con el bloqueo a la franja de Gaza y las restricciones de movilidad en Cisjordania y en el este de Jerusalén. Ningún primer ministro israelí se aventaría el tiro. Y los palestinos tendrían que reconocer al Estado de Israel y renunciar a la violencia como medio de presión. Poco probable que lo hagan. Además, tendría que haber un acuerdo sobre fronteras, territorios y retorno de refugiados que deje contentas a ambas partes. La verdad, no se le ve fin al conflicto.

 

Israel Navarro es Estratega Político del Instituto de Artes y Oficios en Comunicación Estratégica. Twitter @navarroisrael