Amor sin fronteras: acuden saltillenses a panteones para recordar a sus mamás

Es lunes 10 de mayo del 2021, Día de las Madres. Las inmediaciones de los panteones Santiago y San Esteban se llenan de puestos de flores, mismas que son seleccionadas cuidadosamente, desde una pieza hasta ramos y arreglos completos, por saltillenses que dijeron físicamente adiós a sus madres, pero cuyo amor hacia ellas se mantiene intacto.

Las puertas de ambos espacios se abren y ya con flores en mano, y con cubrebocas en los rostros que ocultan sus sonrisas por este reencuentro simbólico con sus mamás, los visitantes comienzan su ingreso a estos sitios poco a poco.

«Vengo a ver a mi mamá. Partió hace ya 10 años. Con mucha nostalgia, pero también contenta porque tiene uno que aprender a sobrellevar», mencionó para EL HERALDO, Mercedes Balderas, hija de María Luisa Urrutia (+).

Cada uno va ubicando el lugar donde descansan los restos de la mujer que les dio la vida. Algunos de ellos llevan escobas y cubetas que llenan de agua, desde una llave pública, para limpiar las tumbas; otros, se acompañan de sus hijos pequeños para hablarles de sus abuelas, las mismas que los cargaron al nacer o que ya no tuvieron la oportunidad de hacerlo.

«Ella tiene 4 años que falleció. Estoy tranquila por poder estar con ella, por poder visitarla y recordarla. Mi mamá era maravillosa, un ser maravilloso», compartió Ángeles Morales, hija de Tomasa Gaytán (+).

Los vigilantes del lugar atestiguan con respeto esta celebración enmarcada en la quietud de quienes acudieron, como cada año, a recordar a las mujeres que en vida cuidaron de ellos. En voz baja, oran o hablan como si sostuvieran una conversación con quienes corporalmente no están pero que siguen viviendo en la memoria de los presentes.

Lágrimas de nostalgia, recuerdos y anécdotas inundan los panteones que, tras el paso de las horas, comienzan a quedarse vacíos nuevamente, hasta la próxima vez que los ciudadanos vuelvan y los adornen con flores y amor sin fronteras para sus madres.

«Estamos visitando a mi mamá, tiene como 62 años (de fallecida) y mi abuelita como 57. Es una especie de tranquilidad y alegría porque si ya no están con nosotros, cuando menos espiritualmente las acompañamos, aunque sea un día al año», dijo Guadalupe Olivia Vélez Lucio, hija de Jovita Lucio de Vélez (+) y nieta de Feliciana Reyes de Lucio (+). (OMAR SOTO / EL HERALDO)