María Esther, sus tres hijos y esposo vencieron a la Covid-19; festejarán juntos el Día de las Madres 

El esposo de María Esther Jáuregui Martínez, Clemente, y sus tres hijos, Adela, Sandra y José, se contagiaron de Covid-19 entre julio y diciembre del 2020 y, tras pasar por un proceso de hospitalización, concluyeron su tratamiento en su casa, bajo su cuidado y amor maternal.

Pese a los riesgos que implicaba tener contacto con enfermos de Covid, la prioridad de doña María, de 70 años, era velar por sus seres queridos y, como si hubiera esperado hasta entonces, luego de su recuperación, comenzó a presentar síntomas de esta enfermedad y al practicarse una prueba resultó positiva a Covid. Era momento de que sus hijos y esposo la cuidaran.

«Fueron meses de mucha angustia. Ellos eran mi prioridad, yo no sentía que yo fuera la que tenía más importancia sino los que requerían de mí eran ellos. Uno se hace fuerte y dice ‘yo no tengo nada. Tengo que estar con ellos’. Primero fue mi esposo, lo estuve cuidando y después de él los demás», relató a EL HERALDO, María Esther Jáuregui Martínez.

Por fortuna, no fue necesario su internamiento en un nosocomio y, con medicamento y atención de su familia, la saltillense logró sobreponerse a este mal.

«Lo mío fue leve, gracias a Dios que no fue muy fuerte pero sí hubo momentos en los que me sentí muy cansada. Yo echaba la culpa al cansancio emocional porque iban contagiándose seguidos. Empecé con dolor de espalda muy agudo, luego con gripe y tuve vómito y diarrea. Estuve aislada 15 días, a mis hijas les tocó cuidarme».

CELEBRAR LA MATERNIDAD Y LA VIDA

Para María Esther el próximo 10 de mayo, Día de las Madres, será la fecha perfecta para reencontrarse con sus hijos y celebrar su maternidad y la vida misma, posibilidad que le causa una sonrisa que logra verse a través de la careta que porta en su rostro.

«Le doy gracias a Dios porque los tengo, porque están aquí. Él me dio la oportunidad de volverlos a tener a todos, estoy muy agradecida. Ahora los quiero tener en una burbuja, no quiero que nadie les haga o diga nada. Es como si los tuviera a todos chiquitos de nuevo», expresó.

«Uno como madre siempre estará ahí, así andes a rastras, que creas que ya no te puedes levantar, siempre vas a estar ahí. Los hijos son parte de ti, si ellos no están bien, tú no lo estás. Más que nada es darle gracias a Dios porque los tengo, los amo», finalizó. (OMAR SOTO / EL HERALDO)