Médicos particulares crean registro para obtener vacuna contra COVID, ante falta de censo de Salud

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 Ciudad de México.- Ante la falta de un censo desarrollado por las autoridades para conocer el número de integrantes del personal de salud que aún falta por vacunarse contra COVID-19, principalmente los que no trabajan en instituciones públicas, el médico David Berrones lanzó una iniciativa, a través de redes sociales, para recabar esa información. En una semana se han registrado más de 22 mil médicos y odontólogos que están sin recibir la inmunización.

Animal Político publicó que entre los que ya se registraron está un especialista en medicina interna que tiene su consultorio en Tlalnepantla, Estado de México, y es mayor de 60 años. Desde que inició la pandemia hasta ahora, ha atendido más de 50 casos de COVID.

“Las autoridades de salud no están considerando que la mayoría de las veces cuando una persona llega al hospital ya acudió antes con un médico privado o de los consultorios adyacentes a las farmacias, quienes estamos en mucho riesgo, porque no tenemos las mismas medidas de seguridad que se tienen en los hospitales y sí estamos en contacto con pacientes contagiados”, dice el internista.

El registro se está realizando a través de la cuenta de twitter @VacunasMedicosMX, en donde está el link para ingresar a un formulario en google docs, en el que se pide: nombre, edad, cédula profesional, correo electrónico, entidad y especialidad.

Berrones señala que está consciente que su iniciativa se va a quedar corta. Habrá muchos que les dé desconfianza registrarse y no lo hagan. Además, por ahora solo está dirigida a médicos y dentistas. Quedarán fuera muchas categorías de trabajadores de la salud que atienden pacientes, de una u otra forma, y están en riesgo de contagiarse.

“Se cree que por cada médico hay cuatro integrantes más de personal de salud. Con los que ya llevamos registrados, puede que el total de personas sin vacuna sea de 100 mil, pero en realidad deben ser más de medio millón, entre psicólogos, nutriólogos, biomédicos, personal de intendencia, camilleros, enfermeros”, dice Berrones.

Pero por ahora el censo acotado a médicos y dentistas es todo lo que puede hacer. Lo adecuado, dice, es que fueran las autoridades de salud quienes hicieran este censo. Lo podrían hacer con una plataforma igual a la que usan para el registro de las personas mayores de 60 años, la de mivacuna.salud.gob.mx

Este tipo de iniciativa no se ha hecho, pese a que las autoridades de salud han asegurado en varias ocasiones que uno de los impedimentos para vacunar al personal de salud que no está en el sector público es la falta de un censo.

La última ocasión fue este martes 16 de marzo, durante la conferencia de prensa vespertina sobre COVID-19, en la que el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, señaló que: “ha sido complejo en el sector privado tener listas claras, depuradas, actualizadas, y desde luego esto es un reto. Ayer me preguntaban qué se puede hacer. Seguimos pidiendo la colaboración, más que la protesta, la colaboración de quién pueda integrar listas claras, definidas, que nos permitan saber la equivalencia de la exposición al riesgo COVID en el sector privado, con la misma claridad que lo tenemos en el sector público”.

Pero esa equivalencia al riesgo es lo que también está causando confusión. En México, la Secretaría de Salud decidió que se vacunaría primero al personal de primera línea de hospitales COVID. La explicación para decidir esto fue que eran quienes estaban en mayor riesgo.

El foco se centró solo en las instituciones de salud públicas y se dejó de lado a las privadas, bajo el mismo argumento, el de que no había un censo de personal de primera línea en hospitales particulares y este se estaba integrando, a través del Consorcio Mexicano de Hospitales y la Asociación Nacional de Hospitales Privados.

Hasta que se concluyó ese censo de personal de salud de primera línea en hospitales particulares, se inició la vacunación COVID, que, por cierto, tal como en el caso del personal de salud de primera línea en instituciones públicas, todavía no ha concluido.

La Secretaría de Salud reportó que hasta este 17 de marzo se le ha aplicado la primera dosis de la vacuna COVID a 832 mil 599 integrantes del personal de salud de primera línea. Mientras que 592 mil 519 ya tienen la segunda dosis. Esto representa un avance de 71%.

Aunque nunca se ha hecho la precisión, esto parece referirse solo a quienes laboran en instituciones públicas, puesto que en el caso del Consorcio Mexicano de Hospitales, que agrupa a 41 centros hospitalarios, apenas se ha vacunado a 3.5% de su personal de salud de primera línea, principalmente de la Ciudad de México.

Cuando este medio preguntó, durante la conferencia del martes 16 de marzo, a López Gatell por qué no se ha terminado de vacunar al personal de salud antes de avanzar con la población mayor de 60 años, pese a que esto fue una recomendación del Grupo Técnico Asesor en Vacunación, que conformó la propia Secretaría de Salud, el funcionario se centró en decir que este grupo no hace la política de inmunización y solo son eso, asesores, pero no respondió el cuestionamiento.

División riesgosa

Asociaciones destacadas han solicitado a las autoridades vacunar a todo el personal de salud, no solo a los que están en primera línea, por el riesgo que representa estar en contacto con pacientes, cuando muchos son asintomáticos.

Entre esas asociaciones está la Academia Nacional de Medicina de México que solicitó nuevamente, este 12 de marzo (ya lo había hecho antes en enero), al gobierno, a través de una carta dirigida al secretario de Salud, Jorge Alcocer, considerar a todos los médicos, tanto del sector público como privado, para la vacunación contra COVID-19.

“La Academia Nacional de Medicina de México considera que la estrategia para vacunar a las y los doctores que atienden en primera línea a los pacientes infectados por COVID19 es correcta, No obstante, el resto del personal de salud, médicas y médicos generales y de todas las especialidades, que trabajan en instituciones públicas, privadas y consultorios médicos, también está expuesta a contagiarse de la enfermedad”, señala la misiva.

Esto, agrega, porque “un gran porcentaje de pacientes que acuden a consulta por cualquier otra patología diferente al COVID-19 pueden estar contagiados estando asintomáticos y transmitir la enfermedad. La conservación de la salud de quienes contribuyen al bienestar de la población es prioritaria”.

El médico internista de Tlalnepantla, que pide omitir su nombre, dice que él ha enviado también cartas a la Secretaría de Salud y a su jurisdicción sanitaria en Tlalnepantla, pero sin ningún resultado. Como a veces envía pacientes a valorarse o tratarse en un hospital privado de Satélite, en Naucalpan, Estado de México, preguntó si podían incluirlo en las listas de vacunación, le dijeron que no, que solo incluirían a su personal fijo de médicos.

Para protegerse está por su cuenta, así que si detecta en consulta a un caso sospechoso de COVID-19, lo envía a hacerse la prueba y el seguimiento lo hace de manera virtual, por teléfono o videollamada para atender a sus pacientes y resguardarse.

El médico ya se registró en el censo del médico Berrones, y en el de la Asociación Nacional de Farmacias (Anafarmex) que primero lo abrió solo para quienes atendieran en consultorios adyacentes a estos establecimientos y después, ante la insistencia de varios galenos, a médicos con consultorios privados. Lo último que le dijeron es que debía esperar 30 días hábiles. “Contando Semana Santa eso sería a mediados de mayo”, dice el internista.

Sin embargo, en la conferencia de prensa del 16 de marzo, López Gatell señaló que “consultorios vinculados a establecimientos de farmacias nos presentaron algunas listas de solicitud de vacunación y en las primeras exploraciones encontramos listas que estaban desactualizadas o incluso infladas con personal en el que no se podía verificar que estaba atendiendo COVID”.

En cuanto al censo iniciado por Berrones dice que no sabe si lo podrá entregar a las autoridades de salud. Para empezar no sabe a quién dirigirlo. No hay un responsable visible de la estrategia de vacunación a este personal.

“La iniciativa nació como una necesidad ante un problema, y ante un problema hay que medir. No se puede exigir la vacuna si no sabe cuánta gente falta todavía de vacunarse. La intención fue esa, cuantificar, pero ojalá se tomará en cuenta. Si hay alguna respuesta de las autoridades, yo mandaría un mail a quienes están registrados para solicitarles permiso de entregar los datos a la Secretaría de Salud y se entregarían”. (ANIMAL POLÍTICO)