Ofrecen espectáculo en crucero a cambio de despensa

Para llevar sustento y alimento a su familia 

Detrás del colorido maquillaje y atuendos llamativos de los payasos «Bolichín» y «Arci» se encuentran Hugo Alberto y José Luis, dos padres de familia que ofrecen su espectáculo, en el cruce de Bulevar Isidro López Zertuche y Periférico Luis Echeverría Álvarez, para obtener dinero o, como ellos lo solicitan, un producto de la canasta básica con el fin de llevar alimento a sus familias, ya que a raíz de la pandemia por Covid-19 sus shows en fiestas infantiles y en circos se mantienen en pausa.

Cuando el semáforo instalado en esta vía marca rojo, «Bolichín» y «Arci» se apresuran a mostrar su destreza. Malabares con machetes desde la parte alta de una escalera y un silbato que invita a los conductores a prestar atención, son los elementos que emplean cada fin de semana para ganarse la vida honradamente.

«Vengo de Monclova, donde se nos cerraron las puertas en cuestión de eventos y plazas principales, tampoco en semáforos se nos permite trabajar a causa de la pandemia. Tengo 25 años de payaso, tengo tres chamacos y los tengo que sacar adelante de una u otra manera, por eso es que vine a Saltillo», comentó para EL HERALDO, «Bolichín».

«Es un poco difícil dejar a la familia en casa. Vengo para acá jueves, viernes, sábado y el domingo regreso a Monclova. Uno como padre para eso trabaja, para la familia, ponemos el letrero porque muchas veces la gente no trae una moneda, pero a lo mejor trae algo de arroz, frijol y podemos hacer este intercambio», agregó el artista callejero, quien tiene tres hijos de 3, 5 y 10 años.

Al igual que su compañero, «Arci», originario de Monterrey, Nuevo León, se vio obligado a trasladar su rutina fuera de las carpas y salones de fiestas, lo que considera es igual de digno, ya que mantiene el propósito de llevar una sonrisa y sorprender a quienes admiran su talento.

«Me dedicaba al show de niños y adultos, todo esto está cerrado, pero seguimos haciendo lo que más nos gusta, nada más cambiamos de escenario y ahora lo hacemos en un crucero. En nuestra ciudad ya nos conocen de siempre y al llevar este espectáculo donde no lo han visto hace que nos vaya un poco mejor», platicó «Arci».

ENTRE EL RIESGO Y LA NECESIDAD

Hugo Alberto y José Luis coinciden en que el mayor riesgo que enfrentan al realizar sus malabares frente a vehículos es que, en ocasiones, los conductores van distraídos o utilizando el celular, lo que en más de una vez los ha puesto en riesgo de ser atropellados. Sin embargo, la necesidad de sustentar a sus seres queridos prevalece.

«Lo que más nos preocupa es que venga alguien tomado o que vayan con el celular en la mano. En ocasiones, por ir con el celular no nos ven y se frenan a centímetros de nosotros. Esta es mi labor, este es mi trabajo, a lo que me dedico al 100 por ciento», dijo José Luis, padre de tres menores, de 5, 13 y 15 años. (OMAR SOTO / EL HERALDO)