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La iniciativa de Reforma a la Ley de la Industria Eléctrica: Un golpe bajo a la inversión privada

Hace algunas semanas, el presidente López Obrador envió a la Cámara de Diputados una iniciativa donde propone llevar a cabo una reforma a la ley de la industria eléctrica, la cual principalmente favorece un modelo de monopolio en favor de la Comisión Federal de Electricidad, así como un golpe a la generación de energías renovables, desincentivando la inversión en el sector al crear incertidumbre en el modelo de despacho del sistema eléctrico relegando las plantas generadoras del sector privado.

Actualmente, la cadena de valor del sector eléctrico en México se compone de cuatro fases: a) generación, b) transmisión, c) distribución y d) comercialización. En virtud de lo anterior, CFE opera dentro de las 4 fases, mientras que los particulares solo pueden participar en la generación y comercialización, al depender de CFE quien opera y es propietario de las líneas de transmisión y distribución.

Con la finalidad de crear mayor competitividad en el sector, la reforma eléctrica que se encuentra en vigor permite crear un libre mercado entre los generadores y aquellos compradores de energía que celebran contratos de cobertura eléctrica, donde se acuerdan precios, volúmenes, y períodos para el suministro de manera directa, a través de la figura de un suministrador calificado, el cual cumple con los requisitos marcados dentro de la ley. Como consecuencia de este rediseño en el sector, se crea el Mercado Eléctrico Mexicano (MEM) donde se llevan a cabo todos los días transacciones de energía eléctrica, así como de productos asociados.

Cabe mencionar que las bases de esta reforma crearon las condiciones para la llegada de nuevas empresas generadoras de energía, al tener la oportunidad de participar en las subastas convocadas por el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE) y la Secretaría de Energía hasta el 2017, para él suministro de energía a CFE, así como de manera directa al sector privado. Un dato importante que vale la pena mencionar, es que durante la última subasta (para suministrar a la CFE) en México se generó la oferta de energía más barata del mundo en ese momento, al ofrecer la empresa ENEL Green Power un precio de 1.77 cts de dólar por kilowatt/hora generada a través de fuentes de energía renovable.

Como consecuencia de las acciones que se impulsan a través de la reforma energética, México estaba dentro de los 10 países a nivel mundial como mejor destino de inversiones en el sector de energía renovable, lo cual, de seguir por la misma ruta, permitiría que en México se invirtieran más de 150 mil millones de dólares en este sector, generando cerca de 250 mil nuevas fuentes de empleo para especialistas y técnicos en esta industria en los próximos 10 años, convirtiendo a nuestro país en una potencia mundial en la generación de energía a través de fuentes renovables.

Lamentablemente, la iniciativa del ejecutivo de la nación atenta no solo en el sentido de inversiones en el país fomenta la creación de un monopolio, va en contra de los tratados internacionales que tiene nuestro país, retrasa el cumplimiento de objetivos de los Acuerdos de París y fomenta la generación de energía eléctrica a través de fuentes más caras y con un mayor índice de contaminación.

Uno de los puntos que determina dicha iniciativa para acabar con la competitividad del país, es aquel en donde se menciona que el acceso a la red nacional de transmisión y la red general de distribución será cuando “sea técnicamente factible”, es decir, se elimina por completo el régimen de libre competencia. también establece un esquema de contrato nuevo llamado de cobertura de energía eléctrica con compromiso de entrega física, el cual propone la entrega a determinada hora y fecha pactada de la energía eléctrica, esto deja sin forma de participar a las renovables (eólica y solar) a consecuencia de la discontinuidad de su generación debido a que depende de factores externos no controlables para la misma. Ante esto, es imposible cumplir con esta condición.

En este sentido, la afectación para empresas extranjeras del sector es muy importante, ya que de acuerdo el Tratado Comercial que se tiene con Estados Unidos y Canadá, se establecen mecanismos de cooperación mutua entre los 3 países, facilitando la inversión de sectores prioritarios y creando condiciones para incrementar la competitividad. Estas acciones ni favorecen la inversión ni incrementan la competitividad.

Por otro lado, se insiste en que primero se despache dentro del Sistema Eléctrico Nacional la energía que produce la CFE. Esto es, darle prioridad a aquellas que se generan a través de fuentes más contaminantes y resultando hasta 75 por ciento más cara. También se propone que los derechos de generación estén supeditados a un plan de gobierno, por lo que ya no sería un derecho sino una concesión, contraponiendo la libre concurrencia que marca la Constitución. También se pretende revisar los contratos de los Productores Independientes de Energía (PIE), para lo cual ya había presentado y perdido previamente una controversia Manuel Bartlett ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

En resumen, dicha iniciativa carece de un sustento donde se pretende buscar la confiabilidad del sistema eléctrico, y al contario, generaría costos de operación mucho mayores al otorgar más subsidios para pagar energía más cara. Atenta contra los Acuerdos y Tratados que tiene nuestro país, y fortalece la creación de un monopolio, donde a final de cuentas, la sociedad es quien cargará con facturas de energía más caras y un aumento considerable en la generación de contaminantes.