Roberto Palacios y su familia producen en General Cepeda sotol de calidad que ya es exportado a Estados Unidos y ha sido premiado internacionalmente
De acuerdo a investigaciones históricas, desde hace cientos de años los indígenas del norte de México preparaban sotol para ser utilizado en sus ceremonias religiosas o incluso para ser utilizado como tratamiento en enfermedades estomacales.
El sotol es una bebida alcohólica mexicana de alta graduación, ronda entre los 35 y 55 grados de alcohol. Se destila de la cabeza de la planta Daylirion, conocida con el mismo nombre que la bebida o como ‘sereque’.
Estas plantas están presentes en abundancia en el norte del país, específicamente en Coahuila, Durango y Chihuahua desde hace muchísimos años y son adaptables a los extremos cambios de clima de esta zona del país.
El saltillense Roberto Palacios Cabral, su esposa María Ángela Dávila y su familia tuvieron hace ya casi 20 años la idea de producir en el sureste de Coahuila un producto que tuviera denominación de origen, como una nueva oportunidad de negocio. Lo intentaron con el tequila, pero distintas situaciones que se vivían entonces hicieron difícil que se lograra.
Fue entonces que su suegro, don Javier Dávila Siller le platicó sobre el sotol, un producto que -dijo- se da a montones en Coahuila
“Empezamos a investigar y dimos con algunas empresas que ya manejaban un concepto de alto nivel y dijimos ‘esto está muy bien, pues tiene características más agradables que el tequila’”, señala en entrevista.
Entonces comenzó una larga etapa: primero, con apoyo de los gobiernos de Coahuila, Chihuahua y Durango se solicitó en el 2002 ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual (IMPI) el apoyo para solicitar ante el Organización Mundial de la Propiedad Industrial (OMPI) la denominación de origen del sotol, para lo que se requiere una investigación de aspectos culturales e históricos.
Fue hasta el 2004 cuando se logró obtener la denominación de origen, un sello distintivo que identifica a un producto como originario de alguna zona o país, y que en México solo comparten menos de dos decenas de productos.
Pero para entonces la mayoría de las personas que producían sotol lo hacían aún de manera rústica, contaminando incluso el sabor original de la bebida con el humo de la artesanal cocción.
Durante varios años, el ahora maestro sotolero Beto Palacios y su familia fueron aprendiendo diferentes técnicas para la generación de un mejor producto. Decidieron que lo ideal era tener una producción tecnificada, que se volvería más eficiente y con mayor rendimiento, pero -sobre todo- con sabores más puros.
“Mucha gente en Coahuila tiene la idea de que el sotol es una bebida de lo más bajo, pero realmente esa etiqueta la tenían porque han probado productos que se realizaban de manera muy rústica”, señala.
Así fue como nació la Destiladora La Tradición de la Familia, establecida en General Cepeda, que a lo largo de los años se ha ido consolidando entre los productores de sotol, a tal grado que en el 2019 obtuvieron la medalla de oro en la San Francisco World Spirits Competition, con la estrella de sus productos: el sotol Excéntrico.
Ahora que han terminado de aumentar la capacidad de producción, Beto Palacios y su familia están concentrados en continuar produciendo sus diferentes productos, pues cuentan con una oferta que se caracteriza por nombres relacionados con la región.
Sus productos en el mercado son el sotol Excéntrico, el Recluta (en conmemoración de los participantes en la Batalla de la Angostura), el Kikapoo, el Dinosaurios y están por lanzar el Rosita Alvirez.
“Recluta es sotol para hacer mixología, aunque también se puede tomar solo. Rosita Alvirez lo vamos a lanzar es sotol 100 por ciento, pero con un toque afrutado, con frutas de la región, para que tenga esa característica más suave”, indica.
“Excéntrico es algo muy especial, es la estrella, las calidades son mucho más superiores, una materia prima muy seleccionada”, indica.
Los precios de los productos van desde los 200 hasta los 2 mil 500 pesos y pueden ser comprados en las sucursales de Vylsa, así como en los restaurantes El Mesón Principal, las Delicias de Mi General y la Casa del Caballo.
En la fabricación del sotol participan directamente alrededor de 10 personas en planta y hasta 25 en el campo.
Para fabricar el sotol, primero se muele la planta, luego se fermenta, se destila, y posteriormente pasa al área de graduación, filtración y envasado.
“Toda la planta utilizada es coahuilense, de plantaciones silvestres en donde hay permiso para su aprovechamiento”, dice el maestro sotolero.
LA BEBIDA MÁS LONGEVA
El sotol es una planta desértica con características muy especiales, no es de la familia de los agaves, es más allegado a las liláceas.
En todos los destilados mexicanos que existen, los sotoles son los más longevos y exóticos.
“El sotol te puede vivir 35, 50 y hasta 80 años. En las marcas excéntrico y dinosaurios manejamos plantas que traen de 35 a 80 años de edad, imagínate, esa planta esperó tantos años allí para ser aprovechada”, indica Beto Palacios.
“El sotol tiene esas características que lo posicionan como la materia prima más caprichosa para procesar un destilado en el mundo, es un tesoro que a veces la gente no lo conoce y no lo valora, porque es una planta muy común, aguanta sequías y heladas, es más si les cae una helada se pone más bonito”, señala.
PREPARAN EL PRIMER CENTRO ARTESANAL SOTOLERO
En unos tres años Coahuila tendría el Primer Centro Artesanal Sotolero, que se construirá en General Cepeda, donde se encuentra la Destiladora La Tradición de la Familia. Allí se brindará a los asistentes una experiencia inmersiva en la fabricación de diferentes productos a base de sotol.
“Desarrollamos ya el pan de sotol, estamos trabajando en canastillas, como alhajeros y tortilleros, incluso muebles de sotol, y con la semilla hacemos varios alimentos”, menciona Palacios.
“El proyecto que tenemos es el Primer Centro Artesanal Sotolero en el estado, entonces la idea es que llegue el visitante y vea cómo se hace el pan, el destilado, las canastillas o tejido con las hojas”, agrega.
“Han sido muchas satisfacciones porque todo empezó como una idea, es una satisfacción muy bonita, de las cosas más importantes que hay en la vida, poder aterrizar esas ideas que tenías en la cabeza y con la perseverancia y pasión y echándole ganas las cosas se van empezando a acomodar. Dios te va abriendo el camino, como en todo, batallando y sufriéndole, lo que tiene un gran mérito es el apoyo de toda mi familia”, finaliza. (JOSÉ TORRES | EL HERALDO)
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Reportero Multimedia. Periodista de barrio y contador de historias apasionantes.
Premio Nacional de Comunicación "José Pagés Llergo" 2017.
Premio Estatal de Periodismo 2015, 2016, 2017 y 2018.
Premio de Periodismo Cultural UAdeC 2016, 2018, 2021 y 2023.
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