PAPELERÍA EN TRÁMITE

Esta semana pasamos de ser una República Bananera, a nomás meternos “la puntita” de la República de Venezuela del Norte o como la han llamado, una “venezuelización”. A muchos no les gustó el término. Yo fui uno de los que puso el grito al aire con dicha comparativa y me fue peor que al Alacrán Berchelt, me tildaron de incendiario, chayotero, meretriz de la derecha, opositor, daifo, meselino, buñis, suripanto, ¡vaya!, los insultos se parecían al mítico brindis del matador Rodolfo Rodríguez “El Pana”. Pero sean honestos, ¿qué tal se sintieron al convertirse en Venezuela por más de 36 horas? Nos quedamos sin agua, luz, gas, con las comidas en el Súper racionadas. Los escases medicamentos le pegaron con tubo a los enfermos y no se diga del suministro de vacunas en contra del Covid-19, el orden se descompuso peor que una clase de un estudiante de Letras intentando ser maestro en colegio privado.

Las vacunas que enviaron de la India son para países pobres, son similares a las originales. Imagine usted que no le alcanza para comprar una aspirina y sí completa para un ácido acetilsalicílico, bueno, así son las vacunas que está suministrando el IMSS. En un mensaje publicado en Twitter, Chente Fox afirmó esta situación. En otro twitt, el bigotón exhortó a López Obrador para que dijera la verdad y comparó la situación por la que vive el país a lo que ocurre en Venezuela, en la gestión de Nicolás Maduro: “donde todo falta y sobra el autoritarismo”.

¿Será que realmente sin darnos cuenta nos hemos convertido en lo que tanto odiamos? Un autoritarismo ciego y despiadado. ¿O estamos en el principio del fin? Yo pensé que esta situación se presentaría quizá en el cuarto año de gobierno, el quinto quizá, pero como dicen los gringos: Not so fast.

¿Cómo le van hacer las familias de la Región Centro, Carbonífera y Cinco Manantiales? A quienes les dejaron tremendas cuentas por pagar con las nevadas y apagones. Hace más de 40 años no se registraban un clima tan gélido, peor que abrazo de suegra. Ya lo dijo Fernando de Las Fuentes: “No tardó mucho tiempo en registrarse una contingencia para demostrar el error del presidente Andrés Manuel al desaparecer el Fondo Nacional para Desastres Naturales”. Y los memes rezaban: “Estás harto de la Pandemia normal, ahora prepárate para la Pandemia Versión Extrema”. ¿Y cómo hacer una declaración de emergencia si no hay un fondo para ayudar a los campesinos de estas regiones? Quienes perdieron ganado bovino, caprino, ecuestre y avícola debido a las bajas temperaturas. Birrias, carnes asadas, dulces de leche y pollito con papas van a faltar en las próximas semanas.

El secretario de Gobierno en Coahuila, insistió en que fue una medida equivocada del presidente, eliminar fondos y fideicomisos, porque en el caso del FONDEN, existía la posibilidad de ayudar a la población en casos de desastres o emergencias. El FONDEN era el mecanismo de reserva para atender desastres naturales en el territorio mexicano y fue concebido para actuar de dos maneras: prevenir y reconstruir. Sin él, los gobiernos estatales y municipales se verán incapacitados para atender gastos catastróficos.

Añádale a esta Venezuela del Norte que en su primer año de gobierno ejerció de manera irregular 44 mil 364 millones de pesos, señalados por la Auditoría Superior de la Federación, fue algo así como cinco veces más dinero que “la estafa maestra” que tanto critican. En el presupuesto destinado a los programas sociales en el primer año del gobierno de López Obrador, la Auditoría detectó irregularidades por más de 6 mil 907 millones de pesos. Pero esto no importa si no cambiamos el destino del país, el reglar dinero por votos mientras se destruye México.

Espero que los libros de historia no se tarden tanto en juzgar a López Obrador y para todos mis detractores que se jactan tanto de estas columnas, los invito a dialogar el día que quieran, a fin y al cabo y como están las cosas, la cuenta la pago yo. ¡Salud!

Autor

Sergio Alvizo
Reportero y conductor de noticias de Canal 6 Saltillo y canal 4 en Monclova. Taurino de nacimiento y Tigre de corazón. Amante de las peleas de gallos.
Otros artículos del mismo autor