El mundo requiere mayor coordinación ante situaciones como la pandemia

 (Xinhua/Str) (ra) (dp)

 En AL nos encontró con sistemas débiles de integración regional: María Fernanda Espinosa, embajadora

Ciudad de México.- La emergencia sanitaria global por la pandemia se suscitó en medio de una crisis civilizatoria y de la necesidad de repensar las relaciones entre sociedad, economía, política y naturaleza, lo que evidenció las desigualdades sociales y los problemas estructurales entre países y dentro de ellos, consideró la embajadora María Fernanda Espinosa.

A su vez, Alberto Ken Oyama Nakagawa, secretario de Desarrollo Institucional de la UNAM, sostuvo que aún no se logra dimensionar cuáles serán las consecuencias de la pandemia. Sin embargo, sus impactos son múltiples porque abarca los temas de salud, economía, social, de medio ambiente, por ejemplo, y lo que hizo fue hacerlos evidentes en el mundo, “nadie pudo ocultar nada”.

Para la expresidenta de la Asamblea General de las Naciones Unidas, particularmente en América Latina hay sistemas débiles de integración regional, con una profunda polarización que ha conspirado contra una respuesta regional coordinada, eficaz y solidaria; “nos tomó como una región desintegrada, incapaz de responder de manera conjunta al desafío de la crisis sanitaria, cuyo resultado es que somos el epicentro de la pandemia en este momento.

La emergencia “amplió los déficits estructurales y políticos en la región, y tal vez una de las mayores preocupaciones es la indiferencia de la población en sus sistemas políticos”, acotó al participar en el ciclo de conferencias magistrales “Después del 2030: Mujeres líderes por un futuro sustentable”, organizado por la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad (COUS).

En el encuentro presidido por Alberto Ken Oyama Nakagawa y  Alexandra Aguilar Bellamy, titular de la COUS, puntualizó: sin duda, la globalización generó un nivel de desarrollo económico y de bienestar material incomparable en la historia de la humanidad.

Sin embargo, este crecimiento se fincó en explotación intensiva de los recursos naturales, producción altamente contaminante, exclusión y marginación de sectores mayoritarios de la sociedad, así como en la acumulación de la riqueza en un segmento de la población mundial, lo que genera costosos sociales, políticos y ambientales.

Lo que hoy vemos es la coincidencia de múltiples crisis: ecológica, climática, de seguridad, migratoria y financiera, con impactos en la vida de la población mundial, sostuvo la embajadora en su charla «El rol del multilateralismo en la respuesta a las actuales crisis mundiales”.

Al referirse al problema de la extinción de especies, Oyama Nakagawa 

dijo que por cada una que se pierde también desaparece un proceso biológico fundamental e importante para la sobrevivencia humana.

Señaló que desaparecieron de la Tierra numerosos ecosistemas naturales con grandes extensiones, la diferencia es que la pandemia hizo reaccionar al ser humano sobre lo que sucedía.

No obstante, esta situación se presenta desde hace décadas, y pese a que existe literatura del tema, aun no apreciamos las consecuencias y todo lo englobamos en el cambio climático, “pero es mucho más que el cambio climático”, finalizó. (UNAM)