CÁPSULAS SARAPERAS  

Churron Kon Guerrero

En esta ocasión te platico de un negocio Saltillense por adopción, que por más de 120 años ha compartido sabor y alegría a sus consumidores, me refiero a los Churros Kon Guerrero, si, con K de kilo, de esos churros que saben literalmente a gloria.

Este negocio, en el cual ya labora su quinta generación, tiene los orígenes en Ojuelos Jalisco, donde don Isabel Guerrero, “Papá Chabel” para la familia, inició con la elaboración y venta de este dulce tan tradicional y rico en las cantinas, pero su hijo Manuel Guerrero, conocido como “el Güero”, se mudó a San Pedro de las Colonias, donde además de elaborar churros también hacía nieve, de hecho dicen que muy temprano por la mañana Manuel salía de su casa para saber si ese día haría calor o fresco, para así decidir si elaboraría churros o nieve. Manuel fue el papá de don Chuy Guerrero, sí el mismo de las Tortas Popeye, quien migró a Saltillo junto a su hermano Ricardo en el año de 1964. Tres años después llegaría Manuel, hermano mayor, para integrarse al negocio ya en aquel entonces Saltillense de la elaboración y venta de churros.

Manuel, hijo de don Manuel, nieto del iniciador de esta dinastía churrera, “Papá Chabel”, elaboraba los churros con gran estilo moviendo la cadera, llegando a elaborar 4 mil churros en un solo día. Eso sí, a mano, sin utilizar máquina alguna. Como hoy en día José Luis, cuarta generación en el negocio de los churros prefiere hacerlos, de hecho, cuando lo visité junto a mis hijas, nos dijo: “verán hacer arte”, y la realidad así fue, sin utilizar máquina alguna con tan sólo sus manos, una churrera, que por cierto es la misma que utilizan desde hace 53 años, una cazuela, harinas, azúcar, aceite y agua, más que arte pareciera magia por el esplendido sabor de los churros que elabora.

Este producto, elaborado y vendido por la familia Guerrero desde hace más de 120 años, tiene 53 años siendo Saltillense. José Luis, quien es mi amigo, Saltillense por nacimiento, mantiene vivo este negocio asegurándome que más que por dinero, lo hace por mantener viva una tradición. De hecho, sus hijos José Luis y Cristian, son la sexta generación en el negocio, sintiendo gran respeto y amor por este oficio que han convertido en su profesión.

Si un día deseas probar unos deliciosos churros, de esos que se hacen cual si fueran una obra de arte, no dudes en visitar a mi amigo José Luis Guerrero, quien junto a la sexta generación de esta dinastía los encuentras allá arriba -como decimos los de Saltillo- en Urdiñola casi llegando a Periférico, todas las tardes de domingo a viernes.

Definitivamente la familia Guerrero, los Churros Kon Guerrero, la dinastía churrera de los Guerrero y por supuesto el sabor de los churros son algo muy de Saltillo que vale la pena presumir.