PREPARANDO MALETAS

Después de que el pasado ocho de diciembre rindió su segundo informe de gobierno, del segundo período consecutivo, el alcalde de Torreón, Jorge Zermeño Infante, prepara maletas para dejar el cargo en los próximos días, vía licencia, y estar en condiciones de aspirar a una diputación federal por mayoría relativa o por representación proporcional.

Zermeño deja el gobierno municipal bien calificado a nivel nacional, aunque no tanto como su homólogo de Saltillo, Manolo Jiménez, y, sobre todo, no tanto como su primer trienio 1997-1999. Y es que 20 años después, el primer alcalde surgido de filas diferentes a las del PRI, encontró condiciones muy diferentes, con todo y que hace 20 años su relación con el gobernador de entonces, Rogelio Montemayor Seguy, fueron ríspidas y con una total ausencia de coordinación, condiciones que mejoraron muchísimo con el actual mandatario, Miguel Ángel Riquelme Solís.

Como en la primera ocasión, al edil panista le fallaron buena parte de sus colaboradores y en esta ocasión destacaron las acciones negativas de sus directores de Inspección y Verificación, Rolando Anaya y de Tránsito y Vialidad, Pedro Luis Espinoza, el primero hoy fuera de la administración, el segundo reubicado en otra área.

El alcalde saliente destaca que no recurrió a deuda pública ni contratación de crédito alguno, y ciertamente, la Auditoría Superior del Estado avala este dicho y reconoce el “manejo responsable” de las finanzas.

Por otro lado, a Zermeño Infante le faltó la gran obra, el sello de estos tres años que ha gobernado Torreón. Como si regalaran la pintura, su gobierno se ha caracterizado por pintar plazas, vialidades y espacios deportivos. En colonias como Nueva California, la nomenclatura se muestra ilegible y tostada por el sol, y el pavimento sigue siendo deficiente en colonias populares, a pesar de la campaña para mejorar las calles.

Con un gobierno de marcados altibajos, con obras polémicas como el remozamiento de la calzada Colón, donde no existió un proyecto integral, con una seguridad pública aceptable, Jorge Zermeño vive sus últimos días como alcalde de Torreón.