CÁPSULAS SARAPERAS

Callejón Santos Rojo

En esta ocasión te platico de un espacio, de un callejón muy Saltillense, que seguramente has caminado o visto cuando visitas nuestro centro histórico, me refiero al callejón de Santos Rojo.

Debo de aclarte estimada y estimado Saltillense que, al igual que muchos de nosotros, llegué a pensar que el nombre del callejón era en honor de algún santo de la iglesia cátolica, incluso no dudaba que algo tenia que ver el tema de los colores, pero la realidad no es así. El callejón que hoy conocemos como Santo Rojo debe su nombre a uno de los primeros habitantes de esta hermosa ciudad de Saltillo, cuando aun no era ciudad ni se llamaba Saltillo, incluso el señor Santos Rojo fue fundador de la Villa de Santiago del Saltillo, junto a otros españoles y portugueses.

Este callejón que se encuentra entre la Capilla del Santo Cristo y la construcción que fuera la casa de Santos Rojo, hoy es el restaurante “Villa de Santiago”. Anteriormente era conocido como el callejón de la pulmonía, ¿el motivo?, pues los habitantes del antiguo Saltillo aseguraban que al recorrerlo sus transeúntes se enfermaban de pulmonía, debido al frío que ocasiona un chiflón de aire que por ese callejón se suele sentir.

Sin embargo, antes de ser conocido como el callejón de la pulmonía, los Saltillenses de antaño le llamaban el callejón de las ánimas y la verdad no era para menos, pues la capilla del Santo Cristo, antes de ser llamada de esa manera, se le conocía como la Capilla de las Ánimas, ya que durante mucho tiempo, precisamente donde esta la capilla del Santo Cristo, construida de adobe y leña estaba la capilla de las Ánimas del Purgatorio, cuyo mecenas era nada mas y nada menos que Santos Rojo. Sin embargo, según la leyenda, se dice que empezaron a frecuentar dicha capilla, la de las Ánimas, muchas personas nunca vistas por estos lugares, y no falto quien empezó a decir que eran ánimas del purgatorio que buscaban la ayuda del Santo Cristo para poder llegar al paraíso. Incluso se dice que cada noche son resguardadas por ánimas que buscan el perdón divino.

Este pasillo, este callejón en el cual han encontrado mujeres emparedadas, es decir, mujeres que fueron enterredas en la pared por haber “deshonrado” a sus familias, es un callejón en el cual muchas leyendas se han forjado, como la del “tamalero”, que su punto de venta era precisamente el mismo callejón en el cual un pastelero francés vendia delicosos pastelillos y que a la postre fuera el motivo de la guerra de los pasteles, pero esa es otra historia que vale la pena platicar.