CRÍMENES DE FAMILIA

Cada familia esconde un secreto. Y cada mujer es siempre un enigma. Con estas dos premisas, el director Sebastián Schindel elabora un estupendo retrato de una familia argentina que está atravesando la peor de sus crisis: el único hijo está en la cárcel y la empleada de la casa comete infanticidio. A partir de estas dos aristas, el realizador saca adelante un filme que se decanta por la mirada femenina, por el ajuste de cuentas con el pasado y con la toma de decisiones que marcarán para siempre a los protagonistas. Disponible en la plataforma Netflix, es una película que debe ser rescatada por su interesante manera de llevar a la pantalla grande un caso real acaecido en Argentina.

El filme Crímenes de Familia está dominado por la mirada femenina: la de la protagonista, interpretada por Cecilia Roth, que ha venido soportando una vida opaca junto a un marido que le recrimina su apego al hijo único que, de acuerdo a los datos, llegó a la cárcel por abuso en contra de su novia, maltrato y amedrentamiento físico y psicológico. Pero en su hogar, también vive Gladys, una empleada puertas adentro, casi autista, proveniente del campo y sobreviviente de otros tantos abusos. La muchacha prácticamente no habla y mantiene un cúmulo de secretos que serán el detonante de una tragedia asordinada, enclavada en un medio caracterizado por las apariencias.

La película está dirigida por el joven cineasta argentino Sebastián Schindel, y puede ser descrita como una crítica a la sociedad de manera transversal, ganando fuerza por el hecho de estar basada en un caso real que impactó a la sociedad de la época. Pero donde más sobresale el filme es en su estructura dramática, cercana a un thriller de suspenso psicológico, donde Alicia, la protagonista, despierta de pronto a una realidad que jamás imaginó: psicópatas, violadores y abusadores en su propio entorno y el derrumbe consiguiente de su matrimonio con Héctor, siendo blanco de las habladurías de los vecinos del elegante barrio de Recoleta, en Buenos Aires, donde hasta ese instante ha llevado una vida de lujos y comodidades.

Lo escalofriante del filme es que nos da las pistas de los sucesos ocurridos, haciendo que seamos los espectadores quienes debamos armar el todo: Daniel, el hijo, se encuentra en la penitenciaría por haber intentado asesinar a su esposa Marcela y a su hijo Martín. En el interior del hogar, la empleada doméstica comete un acto incomprensible y que solo se revela en la media hora final, que la conduce a la cárcel por 18 años.

Estos dos relatos paralelos, que al comienzo parecen como molestos en su ensamblaje, se revelan con absoluta lucidez en esa media hora demoledora, donde todo se revela y todo se transforma para siempre en el seno de una familia que, hasta entonces, ha vivido en una burbuja.

D manera notable, el joven director une las piezas de este rompecabezas, en el cual surgen temas tan potentes como los de violencia de género, abuso sexual, corrupción de la justicia, y el mundo de las apariencias sociales que repercutirá de modo directo en la estabilidad matrimonial.

Otro punto a favor de esta película argentina lo constituye su poderoso guion, escrito por Schindel y Pablo Del Teso, que está bien elaborado, resulta convincente sin necesidad alguna de mostrar los hechos, en una apuesta arriesgada y efectiva ya que se pudo abusar de imágenes dolorosas e impactantes, pero el realizador prefiere la sobriedad y apuesta todo el dramatismo a partir de lo que no se ve, pero se intuye, lo cual le confiere a su argumento mayor solidez y potencia.

Otros elementos destacables de la puesta en escena de esta película lo constituyen su banda sonora -precisa y sin estridencias- y su muy elaborada fotografía, donde sobresalen los juegos de luz en las tomas de exteriores en las calles de Recoleta en oposición al trabajo fotográfico dedicado a los ambientes interiores. Todo este juego queda plenamente graficado en la notable escena inicial del corredor oscuro que conduce hacia el baño de la casa donde el realizador entrega el dato preciso para que los espectadores entiendan que se trata de un relato lleno de sobresaltos y de sorpresas.

Crímenes de familia no es una obra maestra, por allí hay personajes estereotipados y se adivina el engranaje corrupto de la justicia como sucede en todas partes y el drama de Gladys, la empleada, pudo explicarse más y entregar más sustancia dado su peso dramático, pero es una película que no solo cumple su cometido de impactar con un caso doloroso y real, está excelentemente actuado por Cecilia Roth, en su papel de madre abnegada y esposa aburrida que pasa de tomar té y comentar trivialidades con sus amigas a tomar conciencia de que está viviendo sobre una bomba a punto de estallar. En ese descubrimiento de la triste realidad, que la hace tomar consciencia de su lugar en el mundo, se asemeja al notable papel que alguna vez interpretó la también excepcional actriz Norma Aleandro para esa joya del cine argentino “La Historia Oficial”. Ambas miradas descubren que es su propio hogar un infierno que ellas han ignorado, pero que una vez descubierto implica un viaje sin retorno hacia su emancipación y dignificación como mujer.

Ficha técnica:

Título: Crímenes de familia. Duración: 99 minutos. Año: 2020. País: Argentina. Idioma: español. Género: thriller/drama psicológico. Director: Sebastián Schindel. Guion: Sebastián Schindel y Pablo Del Teso. Música: Sebastián Escofet. Fotografía: Julián Apezteguía. Elenco: Cecilia Roth, Miguel Ángel Solá, Benjamín Amadeo, Sofía Gala Castiglione, Yanina Ávila, Paola Barrientos, Diego Cremonesi, Marcelo Subiotto, Claudio Martínez Bel, Santiago Ávila y Marcelo D’Andrea. Disponible en la plataforma de Netflix.

 

Autor

Víctor Bórquez Núñez
Periodista, Escritor
Doctor en Proyectos, línea de investigación en Comunicación