A LA BÁSCULA

Politiquerías 

A partir del próximo martes iniciará en Coahuila la aplicación de las primeras dosis de la vacuna contra el Coronavirus, desarrollada por el laboratorio Pfizer. Nuestro estado fue seleccionado junto con la Ciudad de México, como los nodos en los que se aplicarán en nuestro país los primeros inmunizantes, y el primer núcleo por atender, es el personal de salud que está ya sobre el décimo mes de mantenerse en la primera línea del combate al virus que en este periodo ha arrebatado la vida a más de 115 mil mexicanos, y a casi 3 mil 700 coahuilenses.

Los gobernantes de la mayor parte de países del mundo están luchando, una vez que fue descubierta la vacuna, de llevar a sus respectivos países, la mayor cantidad de dosis para inmunizar a su población y con ello tratar de romper el hasta ahora imparable círculo de contagios y de muertes. Una vez que en este mismo mes de diciembre en una buena parte del mundo se empiece con su aplicación, se espera que durante 2021 si no erradicada, al menos sea controlada la pandemia.

En nuestro país con falsos triunfalismos, desde el inicio del segundo semestre se nos dijo que la pandemia ya ‘estaba domada’; y cuando todo esto comenzaba se nos dijo que era como una gripa, pero no más peligrosa que la influenza que generaba más muertes, y que por tanto era innecesario construir o abrir más hospitales.

Hoy, es momento en que la Ciudad de México, aunque sus autoridades no lo quieran reconocer, vive el peor momento con un sistema hospitalario colapsado, y se anuncia que se han adquirido más camas para aumentar su disponibilidad, pero no nos dicen que son camas comunes, sin respiradores y lo peor, que no hay el número suficiente de médicos para afrontar la situación, por lo que una vez más están recurriendo a médicos cubanos, que se supone vendrán a apoyar al combate del Coronavirus.

El anuncio del descubrimiento de la vacuna por parte de Pfizer, sino también de otros laboratorios, ha abierto la esperanza de que pronto se pueda empezar a frenar la crisis sanitaria que afecta a todo el mundo. Que Coahuila sea una de las dos entidades donde se empiecen a aplicar las primeras dosis de esta primera dotación, es una muy alentadora noticia, particularmente en La Laguna, donde ya casi un medio centenar de médicos perdieron su vida tratando de salvar las de otros.

Los gobernadores del resto de las entidades federativas han levantado la mano y la voz para pedir que a sus estados sea llevada la vacuna lo más pronto posible. Incluso varios de los mandatarios sugirieron la posibilidad de que los estados pudieran adquirir la vacuna por su parte, para acelerar el proceso de inmunización. La respuesta del Gobierno Federal, en vez de llamar a la unidad para tener mayor fuerza sumando esfuerzos, fue que los estados no estaban facultados para comprar directamente la vacuna.

¿De verdad hay una ley que impida a los estados comprar la vacuna? Y si la hubiera ¿en un momento de crisis como la que estamos padeciendo, no se puede abrir un espacio de excepción para salvar vidas, o sería mejor la mayor rigidez a costa de las vidas de cientos, de miles de personas en nuestro país, en vez de flexibilizar un poco las cosas?

Que los gobernadores de los Estados en nuestro país pidan que se les permita comprar vacunas, y que con ello le tiendan la mano al Gobierno Federal en la solución –aunque sea paulatinamente- del grave problema que estamos sufriendo ¿en verdad es politiquería? ¿no pueden los políticos en este momento dejar de lado sus diferencias ideológicas o partidistas para salvar vidas humanas? ¿no resulta más politiquero querer centralizar el uso de la vacuna y una eventual solución de la emergencia sanitaria, en unas solas siglas en un año en el que se dará la elección más grande en la historia de nuestro país?

¿A usted le importaría si a los seres que más quiere le proporciona la vacuna un gobierno morenista, priista, panista o del partido que me ponga? ¿Usted preferiría esperar hasta 18 meses a que a los suyos les sea proporcionado el inmunizante sólo porque ésta va a provenir del partido del Presidente con todo el riesgo que ello implica y en ese lapso uno o más integrantes de su familia mueren? ¿Le pondría algún pero si en un par o un tercio de meses se la proporciona un gobierno de un partido distinto al del Presidente?

Hay políticos que no lo entienden: en esta crisis sanitaria se trata de salvar vidas, no votos, aunque hay quienes quieren monopolizar la vacuna, los aplausos y el reconocimiento en espera de que estos se traduzcan en votos.

¿Se trata de salvar vidas o rescatar votos? ¿No es esto la auténtica y verdadera politiquería? Que conste, son preguntas. Uno nada más por metiche y preguntón.

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 @JulianParraIba