AGUA: EL NUEVO MEDIO DE CONCENTRACIÓN DE PODER Y RIQUEZA

¿Se acuerdan de la película “Mad Max: Furia en el Camino” que salió en el 2015? Pues en ella, la trama se desarrolla en un escenario post-apocalíptico en el que la gasolina y el agua son escasos. Por eso, un tirano los usa como medio de control a la población sobreviviente. Conste que no estoy hablando de Iztapalapa o de Nicolás Maduro. Pero más allá de la ficción de esa película, el mundo real dio un paso hacia un futuro en el que el suministro de agua tendrá restricciones.

Ante el cambio climático, los incendios forestales y decremento del volumen de agua en California, a partir de la semana pasada, la compañía de mercados globales CME Group lanzó al mercado contratos futuros de agua. Así como el petróleo, los metales preciosos, materias primas y productos agrícolas, ahora el agua es una mercancía más que se regirá por la oferta y la demanda.

¿Y a cómo está el agua, Israel? Pues mire, cada contrato es de 10 acres-pie, es decir el volumen de agua que tomaría cubrir 40,468 metros cuadrados por 30 centímetros de alto: unos 14.82 millones de litros que al día de hoy valdrían unos $4,860 dólares y la mayoría de los compradores serán productores agrícolas que buscan certeza en sus insumos de producción. Todo es matemático. Por ejemplo, se requieren 15,000 litros de agua para producir 1 kilo de carne de res, 900 litros para producir un kilo de maíz o 300 litros de agua para producir un litro de cerveza.

Que el agua comience a cotizar en Wall Street es un paso simbólico, lo relevante es que será un medio de concentración de riqueza y de poder político. De acuerdo a las proyecciones de la ONU, de aquí al 2050, unos 5,000 millones de personas no tendrán acceso al vital líquido, lo cual acentuará cambios en los procesos económicos y políticos.

Ojo, la lucha por el agua no es un tema reciente, pero cada vez se hace más evidente que en el futuro habrá un nuevo medio de poder: el acceso al agua, algo que en este momento vemos tan trivial, porque es relativamente fácil abrir el grifo, pero si al hacerlo solo saliera aire y todos los vecinos estuvieran en la misma situación, por supuesto que comenzaría una revolución social.

El oro y el platino son escasos y por ello son codiciados, pero no son necesarios para la subsistencia humana diaria. El agua sí, por lo tanto, el acceso a ella puede terminar en guerras. No quiero ser alarmista, pero si el anuncio de su cotización como mercancía no nos prende un foco rojo, es porque vamos directo a ese mundo post-apocalíptico.

Israel Navarro es Estratega Político del Instituto de Artes y Oficios en Comunicación Estratégica. Twitter @navarroisrael