EN EL TINTERO

El PRI en el Congreso

Estamos a unas cuantas semanas de que concluya la actual legislatura local para dar paso a la 62, que entrará en funciones a partir del primero de enero, y en la cual, liderará por tres años el PRI al frente de la Junta de Gobierno del Congreso del estado.

Sólo una gestión duró la pluralidad que se logró en la 61 legislatura, en donde el tricolor tomó el primer año de la Junta de Gobierno, primero con Samuel Rodríguez como líder y una parte del periodo con Jaime Bueno Zertuche, debido a que no obtuvo la mayoría de los curules por falta de votos.

El segundo año correspondió a Marcelo Torres Cofiño del PAN; y el tercero, a la UDC con Emilio de Hoyos Montemayor. Y ahora, los más contentos con el regreso del PRI a la presidenta de dicha Junta son los trabajadores del Poder Legislativo que en estos dos últimos años han visto de todo.

Resulta que están muy molestos porque la UDC les aplicó un descuento en el pago que recibían por concepto de compensación con cantidades variables, incluyendo sindicalizados y con plazas de diversas categorías, sospechan para cubrir un faltante que está presentando esta administración cuyo boquete no les quedó de otra más que tapar a costa de los trabajadores con décadas en el cargo.

Otra de las cuestiones que se ha detectado es que personal de tesorería están accediendo a equipo de computo para borrar archivos que impidan obtener evidencias de posibles irregularidades administrativas que pudiera encontrar la siguiente legislatura.

Y no sólo eso, muchos trabajadores padecieron negligencia con el protocolo para evitar contagios por Covid-19, pues no se respetaron los lineamientos correspondientes y aquellos que salían positivos se les mandaba llamar en un periodo corto de tiempo.

Además, debido a la saturación de los centros de salud para la aplicación de la prueba, algunos tuvieron que optar por realizársela de forma particular, lo que no comprendían es porque les exigían el documento si el gasto estuvo a cargo del trabajador, probablemente para hacerla pasar como un gasto del Congreso.

De por sí, muchas de las partidas legislativas son discrecionales, en estos dos años, pero principalmente en el último de Emilio de Hoyos hubo movimientos que están tratando de cubrir, repito, a costa de los empleados, pero de aquellos que tienen décadas en el Poder Legislativo, porque además se aprovechó para meter en nómina a mucha gente afín a lo partidos políticos que por primera vez lograron liderar el Congreso.

A ver con que se encuentra Eduardo Olmos Castro, quien será el presidente de la Junta de Gobierno con quien, por cierto, los empleados buscarán una reunión urgente cuando tome su silla para exponerle este y otros temas que padecieron en la actual legislatura.

Es por ello, que el próximo tesorero deberá ponerse atento para analizar y revisar las cuentas que dejarán sus antecesores a quienes ya les queda poco tiempo para tapar los baches administrativos. ¿De qué tamaño serán las irregularidades? Por lo menos ua gran cantidad de empleados son testigos de algunas de ellas.