ALIANZA O SE ACABÓ TODO

 El fracaso de una alianza entre PAN, PRI y PRD en Nuevo León, solo beneficia a Morena y a un régimen que busca ganar las elecciones para consolidar su autoritarismo.

Estas y otras señales ominosas indican que la oposición, —o una parte de ella—, no entiende lo que puede sucederle al  país, si los partidos insisten en colocar sus  intereses individuales por encima del futuro de la República.

No nos engañemos, ni caigamos en ingenuidades. Estos no son tiempos normales. Lo que va a estar en juego es mucho más que 21 mil 157 cargos de elección popular. La contienda no es para quedarse con la silla de un gobernador o con una curul en la Cámara de Diputados. En el 21 habrá una disputa por la nación, los derechos y la democracia.

Habrá que votar por quitar poder a un gobierno abominable o por rendirse ante un régimen triturador de instituciones y libertades.

De la alianza entre PAN, PRI y PRD depende todo. Decirlo, parecería exagerado pero no lo es. De que esos partidos enfrenten unidos y con estrategia un movimiento de ineptos y tiranos, pende que 120 millones de mexicanos tengan trabajo y salud o sigan perdiendo todo, incluso las ganas de seguir viviendo.

¿Qué necesita la oposición para unirse? ¿Acaso no es suficiente que la 4T haya elevado la tasa de pobreza extrema de 11.1 por ciento al 17.4 por ciento? ¿Es necesario que haya más de 12 millones de hombres y mujeres sin empleo? ¿Cuántos muertos más por COVID-19 tiene que haber?; ¿Cuántos homicidios más en las calles? ¿Cuántas instituciones más tienen que desmantelarse? ¿Cuántas empresas más deben cerrar?

Señores del PAN, PRI y PRD: México es hoy un país de agraviados. Todos, incluso ustedes, somos víctimas del despojo y del ultraje. Los médicos, el Ejército, la clase media, las feministas, los ambientalistas, los periodistas, los empresarios, los campesinos y trabajadores, somos prisioneros de un verdugo que busca colocarnos en las fauces de una dictadura.

La pregunta es si ustedes lo van a permitir. Si son capaces de entender el peligro que corremos como nación y como individuos si Morena vuelve a ganar la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados. ¿Por qué la duda en formar una alianza opositora? ¿A qué le temen? ¿Quién o qué se los impide?

¿O qué debemos hacer? ¿Esperar con los brazos cruzados a que un presidente sin asidero en la realidad termine de poner al país en el crematorio?

Si en las elecciones del próximo año perdemos la democracia, no habrá nada para nadie. Ni siquiera para los que hoy guardan silencio o son complacientes con un régimen que, de volver a quedarse con todo, los tratará como a su peor enemigo.

Los ciudadanos no podemos solos. El país necesita hoy de los partidos de oposición, cuando menos del PAN, PRI y PRD,  para impedir la debacle. En el 21 solo habrá dos opciones: democracia o más autoritarismo. Alianza, o se acabará todo.