TRAZABILIDAD DEL CONTAGIO

EDUARDO DE LA PEÑA DE LEÓN

En la sesión que tuvo el martes el Subcomité Técnico que en la región sureste establece los criterios oficiales de acción ante la pandemia, se acordó desarrollar el proyecto para un modelo de rastreo inverso a través de aplicaciones digitales y códigos QR.

El miércoles el alcalde Manolo Jiménez anticipó que al menos en Saltillo sí se implementará este modelo y que esperan en dos semanas tener operando la plataforma.

La noticia ha generado expectación, dudas e incluso confusión, según se han podido ver las reacciones en los medios de comunicación y en las redes sociales.

El sistema ya opera en la Ciudad de México desde el 18 de noviembre anterior. Su propósito es poder notificar a personas que estuvieron en un mismo sitio público que alguien con diagnóstico positivo a covid, para que tomen las medidas pertinentes, principalmente el aislamiento, y así romper la cadena de contagio.

En establecimientos públicos como restaurantes, gimnasios, estéticas, cines, museos, bancos, se colocan en los accesos los códigos QR que les identifican en lo individual, pues les fueron generados en específico para ese sitio al registrarse ante la autoridad. En la Ciudad de México hay ya cerca de 80 mil establecimientos registrados.

Los clientes al ingresar a esos lugares escanean con su teléfono celular el código, y si no tienen un dispositivo con esas capacidades pueden enviar un mensaje para que se registre su acceso a ese lugar.

Cuando una persona da positivo a coronavirus, con la información almacenada en la base de datos se reconstruye o traza su movilidad, y a quienes estuvieron en los sitios públicos que visitó, a la misma hora o en las dos horas siguientes, se les notifica y se les dan instrucciones para que se aíslen y si presentan determinados síntomas acudan a que se les realice una prueba.

La apuesta es a una detección oportuna de personas que pudieran estar contagiadas para que primeramente ellos eleven en lo personal la alerta y puedan ser atendidos antes de tener complicaciones mayores, pero también que eviten actividades en las que puedan contagiar a otros.

En la Ciudad de México, del 18 al 22 de noviembre, se detectó que 152 personas contagiadas coincidieron en espacios públicos con cerca de 10 mil 500 ciudadanos más, a los que ya se les notificó de esa circunstancia.

No se cuenta aún con información para establecer cuántos de esos 10 mil 500 han presentado síntomas, se han realizado pruebas y cuántos fueron positivos, pero de entrada nos permite darnos una idea de la escala en la que puede darse la multiplicación del contagio. En promedio cada persona que dio positivo coincidió con otras 70 en un lugar público.

Este modelo, como muchos otros que utilizan tecnología y que recaban algún tipo de información de los ciudadanos, ha generado desde luego desconfianza, pues hay quienes ven un riesgo en que la autoridad sepa en dónde estuvo cada uno de nosotros a cada momento.

Sin duda que tiene sus riesgos y puede debatirse mucho al respecto. Considerando que la información que se está recabando son los números de teléfono celular, y que es voluntario para las personas registrar o no su ingreso a los establecimientos, ponderemos los beneficios que puede aportar este sistema de trazabilidad.

Si se logra realmente cortar la cadena de contagio tenemos ya de entrada un beneficio, pero también conforme se vaya recabando, analizando y haciendo pública la información tendremos respuestas a muchas dudas que surgen cotidianamente respecto a este nuevo escenario que nos presenta una amenaza tan nueva y desconocida como el coronavirus.

Del comportamiento que se observe tras el cruce de la información respecto a cuántas de las personas que coincidieron con alguien positivo también se contagiaron, nos dará una mejor idea de en qué espacios públicos hay realmente mayor riesgo, pues hasta ahora lo que se dice respecto a si es más peligroso ir a tal o a cuál lugar tiene que ver con modelos teóricos que se han tomado de otros países.

En los siguientes días se irá avanzando en la aplicación de esta tecnología y seguramente seguirá habiendo polémica al respecto. Antes de generar desgaste en un tema de este tipo, dejemos que cada persona decida si utiliza o no la tecnología, si aprovecha sus ventajas o se queda al margen de ellas.

edelapena@infonor.com.mx