VALIENTE CAUSA FEDERALISTA

EDUARDO J. DE LA PEÑA DE LEÓN

Tres reflexiones habría que hacer respecto a la cruzada que han emprendido los diez gobernadores de la Alianza Federalista, el de Coahuila entre ellos, y a la que se han sumado diferentes actores y sectores de la vida económica, social y política, no únicamente de las entidades que representan sino incluso de la esfera nacional.

Lo primero a destacar, sin duda, es que además de su determinación los gobernadores están actuando de una manera digna y valiente. Justo por la concentración de poder que históricamente ha tenido en nuestro país el ejecutivo federal, no hay precedente de un movimiento de estos alcances y tono.

Si en el pasado se evitaba toda confrontación con el centro, pues las consecuencias podrían ser graves, en el régimen actual con un Presidente que tiene a la venganza como bandera, que no titubea para aplastar ni tiene empacho en torcer el marco legal y las instituciones para ir en contra de todo aquél que disienta de sus perversidades, muchos han optado por el silencio y la distancia para no correrse riesgos, y ante ello se dimensiona la actitud que ha tomado esta decena de gobernadores.

Desde el sector privado y social, no se diga el político, hay actores que con todo y tener un diagnóstico claro de lo que le está sucediendo al país bajo la cuarta transformación, han preferido callar para no ser perseguidos, conscientes de que aún sin cuentas pendientes con el fisco o con la ley, se las pueden inventar.

En esas circunstancias, y después de buscar el dialogo y recorrer todos los caminos institucionales y no encontrar respuesta a sus gestiones, los gobernadores han tenido que ir más allá en su reclamo, esto por sí solo marca un precedente.

En segundo punto tenemos el fondo de lo que reclaman, revisión de los criterios de distribución. Esto además de ser un viejo anhelo, es algo justo y tiene que ver también con la generación de desarrollo y progreso en el país.

Si por años no hemos tenido una distribución equilibrada del presupuesto, esta situación se ha agudizado ahora que el gobierno federal no únicamente reparte menos, sino que además margina a las entidades del norte del país para priorizar al sur y asigna grandes bolsas a programas clientelares opacos que atan a las personas a la pobreza y al subsidio, no construyen, no transforman.

Con estos criterios la cuarta transformación se da un tiro en el pie, pues al desaparecer fondos, fideicomisos y programas que aportaban a la productividad y el desarrollo, está generando una dinámica en la que habrá menor recaudación y mayor pobreza.

El tercer punto a tener en cuenta es la definición de escenarios futuros, pues si bien lo ideal sería llegar a una Convención Nacional Hacendaria en que a través de análisis, negociación y dialogo se establezcan criterios justos y equilibrados de distribución, hay que también prepararse por si eso no ocurre.

¿Cuáles son los caminos jurídicos que se pueden seguir, cuáles son las alternativas e implicaciones fiscales?

Claro que, si se llega a la consulta ciudadana en las circunstancias que vivimos, habrá una respuesta favorable a salir del pacto fiscal, pero realmente son pocos los que tienen en claro lo que ello implica, y eso como puede llevar a que se comiencen a generar expectativas inalcanzables también deja el espacio para que desde los grupos afines al poder central se hagan circular versiones sobre presuntas desventajas que habría para la población.

Los gobernadores ya han construido un consenso, su causa está sumando a los ciudadanos, para no perder ese respaldo es importante que sus equipos jurídico y fiscal informen con claridad sobre los alcances e implicaciones.

Estamos ante un momento histórico y se está generando una inercia que debe encauzarse para salir de la vorágine retrograda impulsada desde la cuarta transformación.

 

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