Los berrinches en los niños

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Cuando en casa se decide planificar la familia, se platican algunas  de las formas de crianza que practicaran en conjunto para los hijos que se tengan. Sin embargo la realidad es otra al tenerlos.

Debemos recordar que nadie nace teniendo un manual para ser los mejores padres, por ende la crianza es un reto para los adultos con uno o más niños que integren la familia, por su personalidad y carácter que se irá forjando. No tienen por qué entrar en desesperación o frustración al no lograr las cosas como lo imaginaron, los aprendizajes serán para ambas partes.

Para conocer más sobre este tema nos acercamos con la especialista en desarrollo humano, con énfasis en la primera infancia, la Psicóloga Harumi Nogiwa, quien nos comparte que eso que llamamos berrinche, no es más que una explosión de emociones ante alguna situación, que se da frecuentemente en los niños entre un año y 4 años.

Entre estas edades se encuentra “Los Terribles 2 años” esa edad a la que muchos tienen un miedo que llegue, pero la psicóloga nos menciona que de terribles, no tienen nada. El llegar a los dos años  no es más que un niño entrando a la independencia, donde quiere hacer cosas, como comer solo, explorar y aprender por él del mundo que lo rodea. Sin embargo al mismo tiempo están en un mundo de adultos y empiezan las limitaciones al niño a cada cosa que realiza, con un grande  ¡No!.

“El niño se frustra, se le vienen estas emociones nuevas y grandes, de las cuales no tiene herramientas para enfrentarlas y palabras para identificarlas. El entendimiento para comprender el por qué no puede, por qué quieres que crezca y luego no le das chance. Porque como adultos estamos cansados, estresados y no queremos complicarnos, porque se piensa que su independencia,   va a complicar nuestra rutina y  se piensa que es más fácil decirle no al niño, menciona la psicóloga.

En nuestra cultura estamos acostumbrados a ver a los niños a partir de los ojos de un adulto, que un niño se comporte en base a las necesidades del adulto, si voy al mandado que este quieto, todo lo que me tarde porque es mi necesidad como adulto. Lo cual no les permite disfrutar de su infancia en pleno e incluso perderse emocionalmente al tener que crecer aceleradamente por las necesidades de sus padres, y al  paso de los años, será más difícil para ellos la comunicación y su expresión emocional en la sociedad ante cualquier circunstancia.

Si bien las ocupaciones son muchas, la psicóloga Harumi Nogiwa, nos recomienda que sea necesario entender las necesidades de los niños, que si pretendemos que su desarrollo sea el mejor, también se debe ser ejemplo ante lo que se pide.

Es el reto como Padres al iniciar la crianza de los niños, el enseñarles a identificar sus emociones, a validarlas, así como a enseñar el manejo correcto para evitar una explosión ante alguna situación.

A los niños  se les puede ayudar  primero entendiendo como papás el origen del berrinche como una forma de expresión. Cuando se ve el berrinche como manipulación entonces la tendencia será corregirlo, pero cuando se entiende el berrinche como una explosión de emociones, es más fácil acompañarlo hasta que esta emoción se termine de liberar y se calme, es ahí donde se pueden establecer correcciones y reglas, de una manera sana para el niño.

El cerebro termina de madurar hasta los 30 años, por ende no se puede pedir algo que como niños no pueden hacer ahorita, y que su exploración  e independencia es parte de ese aprendizaje que necesitan para ir madurando.

Es importante recordar que desde el punto de vista biológico su cerebro apenas está en formación, en un desarrollo;  no porque demuestren una inteligencia se pretenda que  su cerebro tiene la madurez para manejar las emociones, entonces pedimos que razone como adulto y olvidamos que son niños, comparte la psicóloga.

“Los niños son geniales, brillantes auténticos, viven el presente, aprenden todo el tiempo, son ellos mismo sin filtro, y al mismo tiempo son de los seres humanos más incomprendidos que hay, se nos olvida que ellos están en un proceso de desarrollo. Cuando reciben comprensión ellos se tranquilizan y llevan su desarrollo físico y emocional de una manera más sana.” finaliza Harumi Nogiwa. (MARIANA FALCÓN/EL HERALDO)