Juan Gabriel, Chespirito, Pelayo, el “Loco” Valdés y Julio Iglesias apoyaron a la Cruz Roja y a las víctimas del “Trenazo” en 1972

En lo que pudiera considerarse como el antecedente a los actuales teletones, estos grandes artistas se sumaron para apoyar a Saltillo en esos momentos tan difíciles

Han pasado 48 años desde el Trenazo de Puente Moreno, ocurrido el 5 de octubre de 1972, cuando el entonces llamado «tren peregrino», que viajaba de Real de Catorce a Saltillo, se descarriló en el sitio que le da nombre a este trágico suceso, el cual dejó una cifra indeterminada de víctimas.

Cuando ocurrió la tragedia, miles de saltillenses se solidarizaron con las víctimas, llevando a cabo acciones que hoy pudiéramos considerar como heroicas, ya que en su momento ayudaron a salvar muchas vidas y ayudaron también a reconstruir muchas otras que de una forma u otra se vieron afectadas por estos hechos.

Una de estas saltillenses que desinteresadamente se sumó a las labores de apoyo para las víctimas y sus familias, fue doña Eloísa Gutiérrez Treviño, quien en ese entonces fungía como presidenta honoraria del Comité de Damas de Cruz Roja de Saltillo.

Doña Eloísa, hermana de quien fuera en ese momento gobernador de Coahuila, el Ingeniero Eulalio Gutiérrez Treviño, recuerda a la perfección y con lujo de detalles los momentos que a ella le tocó vivir.

«Recibí un telefonazo, era la madre sor Luz María Samarini que me llamaba, que acababan de pedir auxilio y había ido una de las ambulancias. Se comunicó diciéndome que el ambulante había pedido más auxilio porque aquello era una cosa tremenda, así lo reportó la ambulancia a la madre, que entonces tenía a su cargo la Cruz Roja».

Consciente de las circunstancias, partió de inmediato a la sede de la Cruz Roja y, tras llamar al Presidente del Consejo Directivo, don Emilio Arizpe, y a quienes la apoyaban en la administración de esta organización para actuar lo más pronto posible, llamó a su hermano, el gobernador Gutiérrez Treviño, para informarle de lo acontecido y coordinarse en lo que fuera necesario.

Lo anterior marcaría el inicio de una extensa jornada en auxilio a heridos y familias de personas cuya vida fue sesgada por el trenazo, a la que se sumarían, entre muchos otros, el Dr. Eduardo Dávila Garza, quien era director médico del ISSSTE y el Dr. Felipe Calderón, director médico del Hospital Civil (actual Hospital Universitario).

«Inmediatamente me comuniqué con quien era el gobernador en aquel entonces, el ingeniero Eulalio Gutiérrez, hermano mío, que ya falleció, a quien le informé de lo acontecido.  Me dijeron que necesitaba pedir más ambulancias por la cantidad de heridos y, desgraciadamente, muertos. Ante todo, llegando él a la Cruz Roja, sonaba el teléfono y era de la Secretaría de Gobernación de México, que se estaban enterando del accidente tan grande que había sucedido en Puente Moreno. El teléfono lo tomó él para hablar con las personas de Gobernación y yo estuve hablando mientras con las personas que necesitaban ayuda y organizando lo que se necesitara. En ese mismo momento el Gobernador se fue de la Cruz Roja al lugar del accidente, en donde personalmente encabezó las labores de rescate durante todos esos días”, dijo.

TRAGEDIA Y BÚSQUEDA

«Se fueron colocando los muertos en pasillos, en varios lugares y, por desgracia, al médico que teníamos en la Cruz Roja le hablaron por teléfono y desgraciadamente se enteró que su padre era el maquinista del tren, sin embargo él continuó ayudándonos en medio de su dolor. También nos ayudaron médicos del ISSSTE y del Hospital Civil. Se siguió colocando a los muertos en un lado, atendiendo lo que se podía de los que iban heridos. Todo fue tan sorpresivo que la mayor parte se empezó a canalizar para los hospitales más grandes y a nosotros nos fueron dejando diferentes actividades, desde mandar los alimentos a donde fue el accidente, ahí tuvimos ayuda de todo el Comité de Cruz Roja», mencionó.

«A la entrada de Cruz Roja se colocó una tira grande donde se colgaban los objetos que iban las ambulancias recogiendo, para que si alguna persona buscaba a su familiar y podía ver si la prenda que estaba ahí colgada era de la persona de las que estaban ahí registradas. Después de eso estuvimos varias semanas, todavía iban muchas personas buscando a sus familiares.

Siendo un suceso tan nítido para ella, recordó que a su lado siempre estuvieron trabajando: Doña Anita del Bosque de López, Beatriz López de Dávila –vicepresidenta y tesorera de Cruz Roja, respectivamente–, además de Doña Rebeca “Bequita” de López, Angélica Segovia de Rodríguez, Lucía Fernández Aguirre, Alicia Berrueto de Rivera,  Concepción Narro de Arizpe,  Concepción Sada de Arizpe, Guillermina del Bosque, Sofía Elena Villarreal de Rodríguez, Elvira Martínez de González, Mary Torres de Rodríguez, Reyna Musa, María Luisa Flores Dávila, Yolanda Pérez de Canales, Guillermina Cabello de Villegas, Irma Cabello de Valdés, Sofy Kalionchiz, Tere Cata De la Peña de Del Bosque, Luz Angélica Aguirre Dávila, Cristina López de Jiménez, Isela Del Bosque de Valdés, Dolores Dávila de Cárdenas, Gracia Emma García Pérez, así como sus hermanas Carmela Gutiérrez de Cabello y Eglantina Gutiérrez de Canales, y muchas damas saltillenses más que colaboraron con Cruz Roja como una muestra de unión y solidaridad.

“De igual forma nos apoyaron mucho las integrantes del Comité Juvenil de Cruz Roja, entre ellas Manis Flores, Lattiffe y Aída Burciaga Neme, Josefina y Virginia Cepeda Izaguirre, Cristina y María Elena Arizpe Narro, quienes ayudaron dando información a los familiares sobre la ubicación y estado de los heridos y -en su caso- del lugar en el que se encontraban las personas fallecidas”.

«La mayoría de las señoras se organizaron en la cocina. Unas se organizaron en hacer los sandwiches, la bebida que se iba a llevar. Pasó algo curioso: la señora Villaseñor llegó por ahí buscándonos y, ya después de saludarla y de todo, me dice que es la esposa del director de Ferrocarriles Nacionales de México y que si nos podía ayudar en algo, que ella quería ayudarnos y se le pasó a la cocina, donde estaban las demás señoras y la pusieron a lavar platos», comentó.

Entre los deberes de la presidenta honoraria se encontró el traslado, a bordo de una ambulancia, de quienes operaban el «tren peregrino», señalados como los principales responsables del accidente.

«Me tocó también el movimiento de los dos ferrocarrileros, de moverlos de la calle del Hospital de Ferrocarriles, aquí por donde topa Murguía, a lo que era la cárcel. Tuvimos que entrar por los papeles de Cruz Roja. Fuimos nosotros en una ambulancia grande que había. Fuimos a mover a estos señores porque exigían que se movieran con personas de Cruz Roja a los responsables del accidente», rememoró.

COBERTURA NACIONAL

El Trenazo de Puente Moreno atrajo a las cámaras y micrófonos de medios locales y nacionales, cuyos comunicadores reportaban día a día el proceso del rescate de vivos y finados. El reconocido e icónico periodista Jacobo Zabludovsky fue uno de los que más seguimiento dio a la noticia.

«Estuvo en contacto con nosotros, todos los días Jacobo Zabludovsky, que no se nos olvida, estuvo muy pendiente de todo lo que pasaba en el accidente, hablaba dos veces por día a la Cruz Roja. Tuve el gusto de estar hablando con él, lástima que hayamos hablado de una cosa tan triste. Lolita Ayala también hablaba para pedir informes y de diferentes periódicos que estaban hablando de México. Cuando se cerró el evento aquel, todavía duró el campamento de Cruz Roja por ahí. Fueron muchísimos los muertos», compartió.

 

SOLIDARIDAD CERCANA

El empresario Don Emilio Arizpe de la Maza, entonces Presidente del Patronato de la Cruz Roja en Saltillo, fue otro de los personajes que se mantuvo siempre atento al suceso en el que la generosidad de los saltillenses fue indiscutible. Con él siempre sumados a Cruz Roja, Herminio Rodríguez Narro, Ignacio Gil, César Rodarte, Edmundo García Abaroa, Aniceto Musa y Onésimo Flores Rodríguez, cuya ayuda fue fundamental en esos difíciles días y en todos los que viviría en esa época la Cruz Roja de Saltillo.

Otro personaje que se sumó en apoyo a las víctimas fue Don Enrique Martínez y Martínez, propietario de Funerales Martínez.

«Enrique Martínez nos ayudó en todo lo que pudo. Nos ayudó con las personas que habían fallecido y que ya habían sido reconocidos por sus familiares. Él nos estuvo ayudando en todo lo que la cuestión funeraria. Don Enrique nos proporcionó los ataúdes en aquel entonces, regalados, para infantes y adultos, siendo un gran cooperador de la Cruz Roja», externó.

“Una persona que quiso siempre a Cruz Roja, nos ayudaba también fue el Licenciado Eliseo Mendoza Berrueto, cuando se le llamaba a México para su cooperación a Cruz Roja siempre nos ayudó, al igual que muchas personas a las que molestábamos para pedirles su apoyo pero que siempre nos ayudaban. El gobierno de Coahuila siempre nos ayudó durante el tiempo que estuvimos, inclusive se fijó una cuota mensual que nos entregaban para poder cubrir algunos gastos, ese ingreso fue la base de mucho, ya que era fijo para Cruz Roja cada mes. El gobierno del estado nos ayudó muchísimo, el gobierno municipal también ayudaba en todo lo que se podía. La bandera de Cruz Roja daba orgullo porque las personas, todas, cooperaron muchísimo», remarcó.

Con el Trenazo de Puente Moreno quedó comprobada la solidaridad saltillense, ya que ciudadanos locales se dirigieron a la zona del accidente para prestar su tiempo y esfuerzo en las maniobras de rescate.

«Nos ayudaron de la mejor manera posible, tanto con alimentos hasta camionetas y muebles para mover, sí se necesitaban cosas para acarrear ellos lo hacían con mucho gusto, el pueblo en general, todas las personas. Lamento mucho no acordarme en este momento pero eran muchísimas las señoras que estuvieron hasta el final, al final que nos dieron orden de que ya se terminaba todo el movimiento. Nosotros nos quedamos todavía dos semanas mientras recogían los últimos restos de las personas y se entregaban para su sepultura», platicó.

A las labores se unieron los municipios de Monclova y Torreón, además del estado de Nuevo León, desde cuya capital se trasladaron ambulancias para otorgar sus servicios.

«Se ofrecieron inmediatamente el estado de Nuevo León, varios estados. Del estado de Coahuila se ofrecieron Monclova, Torreón y Piedras Negras”, expresó.

 

SOBREVIVIENTES

Muchos rumores, anécdotas e historias circularon alrededor de lo que pasó en Puente Moreno, entre ellas que algunas personas que no habían sido localizadas, aparecieron días después en poblados aledaños o inclusive al reportarse en la propia Cruz Roja.

«Parece que se quemó, eso ya no nos tocó a nosotros, se quemó todo el campo donde había sido el accidente, quemaron los matorrales por razones de higiene. Mucha gente que había resultado con vida se había ido como pudo a lugares cercanos a “Puente Moreno” para buscar auxilio, gracias a Dios estaban con vida aunque ya no en el lugar del accidente. Se les buscó, se les localizó. Algunos se fueron a la Cruz Roja a reportar que estaban vivos. Fue un accidente que conmovió a Saltillo pero hubo una respuesta correcta y grandísima de todas las clases sociales, de todas las autoridades. Tendríamos que darle otra vez las gracias a los médicos y enfermeras, a los camilleros y a todas las gentes que trabajaron», expresó.

 

MARATONES PARA RESURGIR

Luego de los servicios y participación de la Cruz Roja en el Trenazo, sus finanzas quedaron debilitadas, por lo que Eloísa Gutiérrez en sinergia con la tesorera, vicepresidenta y el Consejo Directivo de esta institución, ideó la realización de un maratón para reunir fondos que le inyectaran recursos económicos para apoyar a las víctimas y para solventar gastos de la propia Cruz Roja.

«Con esto del trenazo sí hubo un gasto que no se tenía previsto y sobre todo en la gasolina, en todo hubo gastos que no teníamos contemplados. Lo que se gastó fue un dinero para nosotros muy bien gastado porque tratamos de darle un mejor servicio a las personas que sufrieron el accidente. Ya pensándolo y viendo que necesitábamos hacer algo un poco más grande, de estar habituadas a las colectas, se nos ocurrió hacer un maratón y, para entonces, tuvimos la aprobación y siempre contamos con su ayuda, siempre nos ayudó, fue un miembro más de la Cruz Roja el señor Alberto Jaubert conocido por ´El Chino´, propietario en ese entonces del único canal de televisión local, el canal 7, siempre estuvo dispuesto a ayudarnos», contó.

Tras lo anterior, se comenzó a contactar a personalidades del gremio artístico nacional, logrando conjuntar el talento del comediante Manuel «El Loco» Valdés y del conductor del programa de concursos de gran éxito «Sube, Pelayo, Sube», Luis Manuel Pelayo, quienes trajeron consigo al cantante Juan Gabriel.

«No había línea de avión para Saltillo en aquel tiempo y entonces los artistas aterrizaban en Monterrey y también las personas que iban a ayudar en el maratón y acompañarlos cantando, haciendo algo, tocando guitarras. Con Pelayo y “el Loco” Valdés venían muchos artistas, entre ellos del que más me acuerdo fue Juan Gabriel, porque era muy jovencito y venía estrenando su canción “No tengo dinero», remarcó.

«Una noche anterior al maratón se hizo un desfile para Cruz Roja por la ciudad con todo lo que se iba a hacer, los artistas que venían recorrieron las calles de Saltillo y todo, y con eso logramos atraer a mucha más gente. Las personas que fueron por los artistas al aeropuerto de Monterrey, me acuerdo muy bien fue la señora Sofy Kalionchiz y Tere Cata de la Peña de Del Bosque. También, fueron por ellos en el avión que nos hicieron favor la familia López de prestarlo y fueron por ellos, los trajeron y los llevaron», extendió.

Dicho maratón fue transmitido por el Canal 7 con segmentos de pausas que se aprovechaban para pedir la cooperación de los espectadores, siendo el Ingeniero Lorenzo Medina, una de las primeras personas en enviar donativos desde la Ciudad de México.

«Tuvimos que organizar aquí todo, fuimos con “el Chino” Jaubert, Recuerdo que era pequeño el canal 7, era muy chico el estudio donde se presentaron los artistas. Ahí se presentaron por primera vez en televisión para la Cruz Roja. En los momentos que ellos tenían su descanso aprovechábamos nosotros para pedir, a las gentes que conocíamos, que cooperaran con nosotros y las personas que no conocíamos también cooperaron con nosotros, iban hasta el canal para llevar su cooperación ¿Cuánto? Lo que haya sido, pero fue para nosotros una inyección para la Cruz Roja, para seguir adelante y seguir trabajando con mucho gusto para ella», señaló.

Gracias al poder de convocatoria y éxito del primer maratón, se continuó con esta dinámica para regularizar las finanzas de la Cruz Roja, esta vez con la participación estelar de Roberto Gómez Bolaños «Chespirito» y su grupo, quienes visitaron el Club de Leones de Saltillo para ofrecer varios segmentos de actuación ante cientos de saltillenses, algunos de los cuales incluso repetían admisión para disfrutar su show.

«Le pedimos a Don Emilio Arizpe y a los integrantes del Patronato  y les solicitamos como animador al señor Pelayo, y así fue, por cierto fue el único que no nos quiso cobrar. Total, haciéndonos caso a nosotros Cruz Roja y con la cooperación de ellos y de nosotros logramos que viniera Chespirito con toda su gente, en lo que fue el Club de Leones. Presentó sketches con su grupo de artistas. Tanto en el maratón anterior, como en éste tenemos mucho que agradecerle al señor Pelayo por haber venido pero más por otra cosa, porque nunca nos cobró», enfatizó.

Entre sus más apreciadas remembranzas, Gutiérrez Treviño atestiguó el compromiso desinteresado de Pelayo por ayudar a la Cruz Roja.

«Al final, que se recogió todo, don Emilio Arizpe traía los sobres con los que se les pagaba a los artistas. Emilio entregó a Pelayo su sobre y lo recogió con confianza, es algo que a nosotros nos llenó de gusto al ver que se quedaba con él. Ya que se había ido, se metió la mano a la bolsa, no recuerdo ahorita si fue Emilio o si fue alguno de los otros señores que estaban con nosotros de la directiva, yo creo que había sido Emilio, y la sorpresa fue que ahí estaba el sobre que se le había entregado a Pelayo, es decir, lo devolvió sin que nos diéramos cuenta».

JULIO IGLESIAS EN EL ATENEO

Con dos eventos de recaudación culminados, la activista recibió una sorpresiva llamada del representante del cantante y compositor español Julio Iglesias. Una nueva puerta se abrió para afianzar la recuperación de la Cruz Roja.

«Suena el teléfono en la Cruz Roja y me llama un señor y me dice ´como la montaña no viene a mí yo voy a ver a la montaña´. Le dije ´perdóneme pero no entiendo a qué se refiere con la frase´. Me dice ´no, mire, soy el representante de Julio Iglesias y vamos a actuar en Monterrey y como ustedes me han hablado varias veces y mi artista se les ha hecho muy caro, quiero proponerles una cosa más ventajosa: ¿Qué les parece si hoy a mediodía nos vemos allá en Saltillo? Estoy en Monterrey pero en lo que llego, a mediodía, a las 2:00 ¿Le parece bien?’ A esa hora llamamos a Emilio Arizpe y fue a la Cruz Roja inmediatamente, nos dijo que no estábamos muy cuerdas ni Carmela mi hermana, ni Beatriz López de Dávila, ni yo, que cómo si apenas estábamos recogiendo lo de un maratón ya estábamos pensando en traer otro artista en menos de ocho días», bromeó.

Luego de la pactada reunión con el manejador, se posibilitó que Julio Iglesias ofreciera un concierto en el Ateneo Fuente y otro más en el Hotel Camino Real. Saltillo fue testigo del estreno de unas de sus composiciones más famosas «Como el Álamo al Camino» y “Así Nacemos”. El LP que presentó en Saltillo llevaba por nombre “Río Rebelde”.

«Fuimos a comer con esta persona que vino y fue Emilio (Arizpe) también con Herminio Rodríguez (miembro del Consejo Directivo de Cruz Roja), arreglaron la situación, cómo, cuánto y qué día. Nos quedaban tres o cuatro días para organizar todo. Eran dos eventos, el primero en el Ateneo, que nos hicieron favor de prestárnoslo. Hacía un frío ese día de la presentación que el mismo Julio Iglesias nos dijo que era un frío europeo, que era un frío que no se aguantaba. Así con todo, llenamos el Ateneo, pudimos vender todos los boletos de ese evento y de la cena-baile», mencionó.

«Un éxito realmente la actuación de Julio Iglesias y para que todo pudiera salir organizado nos repartimos de la siguiente manera, cada quien con su equipo. La actuación en el Ateneo me tocó a mí vender boletos y todo lo concerniente a la actuación de él en el Ateneo. Por cierto, al finalizar el concierto y salir hacia el hotel, Julio Iglesias perdió un zapato, algo que él comentó que nunca le había sucedido. El baile-cena en el Camino Real le tocó a Beatriz López de Dávila organizar todo: mesas, música, vender boletos por teléfono, ir a ver a algunas personas que sabía que sólo yendo nos podían comprar boletos.», declaró.

Eloísa Gutiérrez Treviño, sirvió a la Cruz Roja de Saltillo de 1970 a 1976, siendo el Trenazo de Puente Moreno el acontecimiento que más la marcó.

«Fue un honor el estar ahí, ayudar y conocer en gran parte cómo es solidaria nuestra gran gente de Saltillo», finalizó. (OMAR SOTO / EL HERALDO)


  • Este artículo fue posible gracias a la colaboración de Raúl López Gutiérrez, hijo de doña Eloísa, quien gentilmente y de forma desinteresada accedió a realizar él personalmente la entrevista a su señora madre.