Un viva por el heroico pueblo de México; un festejo histórico con sana distancia

Foto: Twitter Gobierno de México

Ciudad de México. – El presidente Andrés Manuel López Obrador encabezó este martes su segunda ceremonia de Grito de Independencia con un llamado a tener “esperanza en el porvenir” y “amor al prójimo”.

En su arenga desde el balcón central de Palacio Nacional, el titular del Ejecutivo federal recordó a los héroes nacionales Miguel Hidalgo y Costilla, José María Morelos y Pavón, Josefa Ortiz de Domínguez, Ignacio Allende, Leona Vicario, y enumeró diversos conceptos, según publicó Excélsior.

En total fueron 20 arengas pronunciadas entre las que destacaron al “heroico pueblo de México”, “las comunidades indígenas”, “la grandeza cultural de México”, “la libertad”, “la justicia”, “la democracia”, “la igualdad” y “nuestra soberanía”.

El titular del Ejecutivo federal salió al balcón central a las 23:00 horas, acompañado de su esposa Beatriz Gutiérrez Müller. Después de sus arengas, los integrantes del gabinete presidencial salieron a los balcones del ala sur de Palacio Nacional donde estuvieron, entre otros, el canciller Marcelo Ebrard, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero; los secretarios de la Defensa y de Marina, Luis Crescencio Sandoval y Rafael Ojeda, respectivamente.

En los dos minutos que duró la ceremonia, el presidente no hizo alusión a las víctimas de la pandemia de covid-19 ni a los trabajadores de la salud, quienes serán homenajeados este miércoles durante el Desfile Cívico Militar.

Tras el Grito, hubo 15 minutos de fuegos artificiales y el presidente, su esposa y el gabinete se retiraron de los balcones.

En esta ocasión no hubo fiesta de gala ni invitados especiales a Palacio Nacional.

Zócalo, sin gente

El presidente López Obrador cumplió su propósito de celebrar la ceremonia del Grito de Independencia, la más grande fiesta popular de México, sin gente en la plaza y con la mayoría de las celebraciones en plazas públicas del país canceladas para prevenir contagios de covid-19.

La noche de este martes los vivas no fueron contestados a López Obrador por miles de personas reunidas en la plaza, ni gente de todo el país que arriba a la plaza principal del país cada año para participar de la fiesta cívica más importante del año.

Los que contestaron las arengas del presidente de la República fueron los integrantes del coro del Ejército Mexicano apostado al pie del balcón presidencial y apoyados con micrófonos.

La noche de este martes pesó en la plaza la ausencia de música en vivo y de baile, de verbena y venta de artículos en torno al Zócalo, las batallas de espuma, las banderas, y toda la algarabía de quienes van a descargar su patriotismo cada año a la gigantesca plaza.

El Grito de 2020 será recordado por haberse desarrollado con la plaza vacía debido al cierre del Centro Histórico obligado para evitar la reunión de personas y prevenir contagios de covid-19.

Las calles más populosas de la Ciudad de México fueron una zona desierta de turistas, de compradores, de paseantes y sólo habitada por mil 800 policías que mantenían cerradas las calles, desplegaron vallas en cada esquina del primer cuadro y vigilaban que todos los establecimientos mercantiles permanecieran cerrados.

Los técnicos que instalaron templetes, sonido y audio para la ceremonia y los representantes de los medios de comunicación fueron los otros asistentes a la plaza.

La noche en el Zócalo fue histórica, sin duda, por lo que no hubo, por la ausencia de fiestas en los hoteles aledaños a la plaza, por las botargas y personas con máscaras que no pudieron llegar a las inmediaciones de Palacio Nacional, por aquellos que suelen ir a pasear, ver la iluminación de los edificios, comer algún antojito y esperar al Grito de Independencia.

Incluso los balcones de Palacio Nacional permanecieron cerrados con excepción del Central, desde donde el presidente López Obrador dio el Grito.

Pero también fue histórica por lo que sí hubo. Durante días se instalaron cientos de lámparas que delinearon la silueta del país en la plaza. Se trató de simbolizar a la población de todo el país asistiendo a la conmemoración del inicio de la guerra por la Independencia.

Completaron la decoración del Zócalo un pebetero en el ala sur del Zócalo y otra línea de luces tenían la leyenda “La luz de la Esperanza”.

El de ayer fue un Grito histórico en una sucesión de ceremonias que han dejado de ser una simple costumbre, sino a estar cargadas de simbolismo. Desde la plaza llenada con acarreados en la última ceremonia del sexenio pasado a la algarabía del 2019, a la inusual celebración popular en la que lo único que no hubo fue pueblo.

Fue una celebración desde el Balcón Presidencial hacia una plaza que era un eco gigantesco por la ausencia de gente. (EXCÉLSIOR)