DE BUENA FUENTE

Odio gratuito

Los presidentes Vicente Fox y Felipe Calderón tuvieron serias confrontaciones con los entonces gobernadores Humberto Moreira y su hermano Rubén Moreira Valdés.

Los mandatarios nacionales no dudaron en hacer públicas sus diferencias con los respectivos gobernadores de Coahuila.

Y a pesar de ello, nunca dejaron de atender las problemáticas sociales y laborales de los coahuilenses, cuando las circunstancias así lo requirieron, como las inundaciones en Piedras Negras y Sabinas y el conflicto sindical en AHMSA.

En la actualidad, el presidente Andrés Manuel López Obrador parece tener un profundo desprecio por esta entidad, por su gobernante, y sus ciudadanos.

López Obrador redujo sin explicación alguna el presupuesto anual de Coahuila, y pone en riesgo la estabilidad económica de la región centro, en su afán de obligar a Alonso Ancira a vender la planta de Altos Hornos de México.

El gobernador Miguel Ángel Riquelme en diversas ocasiones ha extendido la mano al presidente de la república para trabajar con armonía y respeto.

Pero AMLO se hace el occiso, voltea para otro lado, cierra los ojos, y “ningunea” la invitación oficial del mandatario priista.

Coahuila está en graves problemas, todos lo saben, pero también entienden que son causados por presiones externas, ajenas a la reconocida cultura laboral y social de los trabajadores y empresarios comarcanos.

Andrés Manuel tiene el sartén por el mango, y puede que desde el poder haya magnificado su actitud pendenciera, su sed vengativa, y afán protagónico.

Pero aquí se va a topar con pared, pues los números no mienten, y el estado coahuilteco crece en seguridad, y empleo, a pesar de la falta de apoyo federal.

Nerón se va a quedar chiquito, si Andrés Manuel insiste en tocar la lira, mientras incendia a Coahuila.

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Fuego amigo

El candidato a diputado local Ricardo López Campos, tiene en Frontera un gran obstáculo a vencer.

Se llama Florencio Siller, y es el alcalde de la capital rielera con la peor entraña en contra del PRI, por su actitud despótica y distanciamiento con la ciudadanía.

Lencho llegó a la alcaldía, merced al trabajo organizado del PRI, pero ahora al ver que su archirrival político, Chuy Ríos, titular de programas sociales, es mejor recibido que él en las colonias, desató una campaña de desprestigio contra el tricolor.

En medio de la disputa quedó atrapado el reconocido notario público, que, sin deberla, ahora enfrenta el boicot del edil fronterense.

¡Que alguien lo callé!

 

Autor

Ulises Salas
Columnista
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