VENTA DE DIPUTADOS AL MEJOR POSTOR  

Nunca había habido tantos cambios en las bancadas de la Cámara de Diputados como en la 64 Legislatura. Los señores y damas diputados se cambian de un partido a otro, al margen de la ideología, promesas de por medio y sumas millonarias también.

En dos años de la actual Legislatura Federal, de 500 diputados que integran la Cámara Alta,  45 han pasado de una bancada a otra. Morena puso el ejemplo: hace dos años, apenas iniciados los trabajos, el Partido Verde le cedió cinco de sus 16 diputados, con los que el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador logró la mayoría absoluta en la Cámara con 251 legisladores.

El martes pasado que inició el tercero y último período ordinario de sesiones, el vicecoordinador de la fracción del Partido del Trabajo, Gerardo Fernández Noroña, ya se veía presidiendo la mesa directiva de la Cámara desde donde se apuntalaría para buscar suceder a López Obrador. Previamente había maniobrado para que su partido pasara de 29 a 44 legisladores y luego a 46, a costa del Partido Encuentro Social. Y tuvo durante unas horas 47 miembros, uno más que el PRI, lo que le permitiría presidir la mesa directiva.  Pero el sonorense Manuel  López Castillo “recapacitó” y volvió a Morena y, además, de esa forma el partido de la 4T recuperó la mayoría parlamentaria.

Chivo en cristalería, por decir lo menos, el ambicioso de Fernández Noroña no tuvo pelos en la lengua para acusar a López Obrador de haber decidido que el PRI presidiera la mesa directiva. “Sostengo que es un error gravísimo”.

Los ingenuos aseguran que AMLO optó por la legalidad. En principio no debió intervenir en esa autonomía en la que indudablemente “tiró línea”. Y si pidió respetar los acuerdos es que confía más en la institucionalidad del PRI que en la obstinación, terquedad, ambición y recalcitrante izquierdismo de Fernández Noroña.

Queda la pregunta: ¿Qué o cuánto recibió el diputado federal torreonense José Ángel Pérez por pasarse del PES al PT? Su coordinador Jorge Arguelles  asegura que el PT pagó hasta 5 millones de pesos por legislador para superar al PRI como tercera fuerza. Por convicción no lo hizo, definitivamente.

Este sábado se conocerá si el PRI presidirá la Cámara de Diputados. Pero al margen de quién la presida, queda la inmundicia que dejó este proceso en el que prevaleció la venta de diputados al mejor postor.