UNA TAZA Y DOS DE CULTURA

 

Querido Benito

¿Detrás de un gran hombre hay una gran mujer? ¡NO! Detrás de una gran mujer a su lado hay un gran hombre (o según prefiera). Debemos quitar el pensamiento que la mujer a lo largo de la historia ha sido asistente del macho en sus luchas, al contrario, las mujeres en más de un momento han sido las impulsoras de muchas batallas, me atrevería a decir que por ellas se han cumplido dos de nuestras grandes luchas, la independencia y la revolución.

Pedro J. Fernández, que si, suena como muy parecido al cantante, ese que le pusieron Pedro por el actor del cine mexicano Pedro Infante, Fernández en alusión por el cantante Vicente Fernández y en las últimas fechas ha sido criticado por abusar un poquitín del botox…. Bueno, Pedro J., nos invita a través de su pluma a conocer más de la heroína mexicana Margarita Maza, porque lo fue, orgullosa de sus raíces, de las tradiciones de su Oaxaca amado y de su adorado Benito.

Pedro, escritor mexicano, autor de libros históricos como “Morir de pie, Iturbide: El otro padre de la patria”, “Había una vez mexicanas que hicieron historia” y el best seller “Yo, Díaz”, por mencionar algunos. El escritor mexicano Pedro J. Fernández ha narrado las vidas de importantes personajes históricos, como Zapata, Iturbide y Porfirio Díaz. Ahora, hablamos de “Mi querido Benito Juárez”.

¿Se imaginan a una señora abnegada sufriendo al andar su viejo anda jugando a la guerra? ¡Pues no señoras y señores! Tenemos en su mayoría una idea muy mala de lo que era el carácter e inteligencia de Margarita, su nombre podrá ser de una flor delicada, pero era eso, solo el nombre. Es más que el nombre de una calle, una secundaria o una mujer que creemos merece reconocimiento solo por ser la mujer de un ex presidente.

Margarita Eustaquia Maza Parada, hija adoptiva de don Antonio Maza y Petra Parada, fue una mujer que busco estar siempre enterada de lo que acontecía en su país, querida por el pueblo y leal al trabajo de Juárez, aunque sin hacer de lado sus ideales, jamás callándose lo que pensaba de los proyectos de su marido.

Si quieren hacer comparaciones, lo dejaríamos de tarea. Porque con los años parece ser que los políticos buscan lucir bien y no hacer equipo con su pareja. Eustaquia luchó por el amor de su esposo, teniendo salidas a escondidas cuando su noviazgo. Lo esperó y trabajó para ayudarlo mientras Benito fue exiliado por Santa Anna y pudiendo cortarse el pelo empezar de 0 en Nueva York, no perdía oportunidad de buscar apoyo económico para mandar a su marido para que siguiera por la lucha de un mejor país ¿qué tal?

Imaginen ustedes lo que fue escribir a su esposo la muerte de dos de sus hijos y el sentimiento de culpa de Maza de Juárez al sentir que, si estuviera en sus tierras, sin estar diariamente con el miedo que un día le llegue una carta donde detuvieron a su esposo, las cosas hubieran sido diferentes.

A lo largo de las cartas enviadas durante el exilio en el extranjero, mientras que Juárez se encontraba viajando por toda la república, buscando un mejor país, luchando por la libertad y salvándose el pellejo, teniendo a los conservadores atrás de sus huesitos y teniendo al emperador Maximiliano y a la emperadora Carlota como dos personas que seguramente no lo seguirían en Instagram.

Maza buscaba informarlo con la información recolectada de los círculos sociales y amigos que hizo en el extranjero, hacía recomendaciones a su esposo sobre los pasos a seguir, sin hacer a un lado el romanticismo que siempre perduró. Hasta el último momento estuvo enamorada del Benemérito de las Américas.

Las cartas son una forma muy didáctica para aprender de la historia nacional. Te muestran que la historia no es tal cual nos la platican en los libros de texto, no decimos mientan pero simplemente se saltan uno que otro detalle importante. Un gancho perfecto para atraer a los más pequeños o a nuestros adolescentes mutantes para sembrar un interés por la historia de nuestro país.

“Mi querido Benito Juárez” de Pedro J. Fernández, un libro que disfrutarás con una rica taza de café y dos de cultura.

Autor

Sergio Arévalo