CINEMATÓGRAFO 04

 “La isla de la fantasía”, un clásico que se transformó radicalmente

Tenemos tantos referentes cinematográficos, pero también televisivos para cimentar o relacionar historias, que nos es difícil plantear analogías como la que propone el director Jeff Wadlow, cuando hace alusión a la serie de finales de los años setenta, llamada “La isla de la fantasía”, un lugar idílico, donde se cumplen todos los sueños de los visitantes, quienes vuelven a casa llenos de felicidad. Quién no tuvo la oportunidad de ver ese clásico de la televisión, puede localizar algunos capítulos en Youtube.

Para el cineasta estadounidense, “La isla de la fantasía” (EUA, 2020), es también un lugar donde se cumplen deseos de los visitantes, pero los más recónditos y retorcidos, que los obligan a luchar contras sus efectos secundarios para poder sobrevivir, dejando expuestas las más atroces y retorcidas perversiones humanas, que usualmente solo son materializadas por los grandes monstruos de la humanidad.

El filme, que se centra en cuatro historias que terminan por relacionarse entre sí, es protagonizado por un cúmulo de buenos actores encabezados por Michael Peña, Maggie Q, de quienes el realizador norteamericano no aprovecha del todo sus dotes histriónicos, desperdiciando la intensidad que este tipo de filmes de gran vértigo lo exige.

La cinta, narra la visita de vacacionistas a una paradisiaca isla alejada de la civilización, donde los visitantes llegan a relajarse y disfrutar, sin embargo, sus más recónditos deseos inciden en su experiencia, pues se hacen realidad y los confrontan con otros visitantes, que también han tenido cruentas ideas de este viaje que están realizando. Para volver a casa, deberán evitar superar los extraños deseos de los demás y superar a los enemigos que han ido surgiendo.

El filme es un buen intento por desquiciar al espectador, haciendo uso de elementos psicológicos aparentemente elementales, que tienen al espectador desde el principio, al filo de la butaca, haciendo una revisión, casi detallada de métodos de tortura inimaginables y viendo la transformación paulatina de los personajes.

Un filme fuerte, para los que no están acostumbrados a ver sangre, aunque con un ritmo bastante bueno, que no le dará tiempo al aburrimiento.

El cine está de vuelta, pero tomemos con cautela el regreso a las salas, hagámoslo con todas las medidas preventivas, quienes así lo requerimos, siguiendo cada una de las indicaciones que se nos den.

 

Sólo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico trejohector@gmail.com o sígame en mis redes sociales “Cinematografo04” en Facebook y Spotify, así como “Cinematgrafo04” (sin la “ó”) en Twitter.

 

 

Autor

Héctor Trejo
Periodista, escritor y catedrático. Lic. en Periodismo y Comunicación Colectiva por la UNAM y actualmente maestrante en Comunicación por la UACH.
Titular de columna "Cinematógrafo 04". Imparto Taller de Micrometrajes Documentales, así como el Diplomado en Cine y Cultura Popular Mexicana.
Ganador del premio a la investigación Ana María Agüero Melnyczuk 2016, que otorga la Editorial argentina Limaclara
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