Adultos mayores que no terminaron la escuela aprovechan clases de Aprende en Casa

 

Si bien el objetivo de las clases a distancia es llegar a la mayor cantidad posible de niñas y niños en territorio nacional, hay otras personas que también podrían verse beneficiadas de manera indirecta.

En redes sociales, se han dado a conocer historias de adultos mayores (quienes en muchas ocasiones son los que acompañan a los niños en este ciclo escolar a distancia), que están interesados en ver o escuchar las clases y hasta tomar apuntes con la intención de aprender lo que no tuvieron oportunidad en su momento, informó El Financiero en su sitio web.

«Si se le da impulso a esta propuesta, un gran sector de la sociedad podrá terminar sus estudios. Aprovechemos al máximo la inversión», señaló en Twitter el doctor García Fajardo, en alusión a que se debe dar más apoyo al proyecto de las clases por tele, radio o internet para que adultos mayores terminen sus estudios.

El interés de adultos mayores por las clases a distancia de la Secretaría de Educación Pública (SEP) parece estar presente en este inicio de ciclo. Prueba de ello, es la historia de Ángeles, quien tiene 71 años de edad y es originaria de la Ciudad de México.

Su nuera, Andrea Salmerón, comparte un poco de su historia por medio de las redes sociales.

«Mi suegra (Ángeles), que estudió hasta sexto de primaria, está entusiasmada con las clases por televisión. ‘Voy a ver en qué año voy y a seguirme’, dice», escribe Andrea en su cuenta de Twitter.

Hasta el 25 de agosto, su tuit llevaba 46 mil ‘me gusta’ y más de 3 mil retuits, en los cuales recibió múltiples mensajes de apoyo por parte de usuarios de esta red social.

Ángeles siempre fue buena con los números y con la ortografía, pero no tuvo la oportunidad de poder acabar sus estudios, aunque, confiesa su nuera, es la más aplicada en la escuela de la vida.

«Estudió hasta sexto porque su mamá no la dejó seguir estudiando, aunque tenía 10 en todo (…). Su hermana mayor se ofreció a pagarle los libros pero su mamá dijo que no, que ella ya se tenía que poner a trabajar, solo a su hermano lo dejaron estudiar», explica Andrea Salmerón a El Financiero.

Tras negársele la oportunidad de continuar con sus estudios y luego de entrar al mercado laboral, Ángeles se pagó una carrera técnica secretarial, pero nunca terminó la primaria.

Ahora, las clases a distancia se vuelven un recurso parar repasar temas y volver a aquello que quedó inconcluso.

Andrea Salmerón comenta que su suegra volverá a los estudios de forma oficial solo si ella lo pide y sin forzarla. «Por ahora le entusiasma muchísimo seguir las clases en la tele. La televisión debe regresar a su vocación formativa y de información», agrega.

La usuaria de Twitter @Alesidenew cuenta una historia similar a la de Andrea Salmerón y su suegra.

«Mi mamita de 76 años solo estudió hasta sexto de primaria y me dice ahorita ‘Hija, fíjate a qué hora van a pasar las clases de secundaria por la TV para tomarlas, hay que aprovechar a ver qué aprendo’. Me acaba de dar un súper ejemplo y no sé qué mezcla de emociones sentí», detalla en un mensaje que ya supera los mil retuits y casi llega a los 7 mil ‘me gusta’.

Este tuit incluso fue respondido por el perfil oficial de la SEP.

 

«Estamos felices de leerte, @Alesidenew. Qué emoción saber que tu mami esté aprendiendo en casa y en familia, esperamos que disfrute de las clases. Es un gran ejemplo a seguir y nos enseña una gran lección a todos», dice la dependencia federal.

El nombre de la señora es Gonzala y nació en la Ciudad de México en 1943. Al igual que Ángeles, tuvo que salirse de la escuela por causas ajenas a su voluntad.

En una familia con seis hermanos (cuatro hombres y dos mujeres), » yo me hice cargo desde muy chica del cuidado de mi hermana, ya que mis papás debían salir a vender y nos dejaban solos. Por eso no tuve la oportunidad de estudiar, solo la primaria y la terminé muy grande, como a los 13 años, y la verdad iba yo tan cansada de todos los quehaceres de la casa que únicamente iba a dormir a la escuela», cuenta Gonzala a este periódico.

Hasta mucho después, pudo terminar una carrera técnica en corte y confección en el DIF de su colonia, y estudió bordado en listón, lo cual le ha ayudado a trabajar.

Ahora, Gonzala vive con su esposo, se dedica al hogar y convive con sus amigas, quienes la acompañan a hacer aerobics en el DIF y después a la hora del almuerzo.

Por la pandemia, no puede ver a sus amigas y se entretiene con lo que hay en casa.

«Mientras esto pasa, en algo me debo entretener y mejor que sea aprendiendo lo que se pueda. Lo que no aprendí en la escuela o en la vida, si hoy puedo hacerlo mientras estoy viendo la tele lo haré», dice Gonzala en referencia a las clases a distancia. (EL FINANCIERO)