SERENDIPIA

¿Qué me cuesta ser periodista? 

Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión. Es naturalmente, la consigna recurrente para compartir, publicar o dar a conocer algo por redes sociales, tomando en consideración el contexto actual. Respecto a la pandemia, porque es el medio idóneo para entablar comunicación y en cuanto hace al tipo de sociedad dirigida por estos medios. Lo es tambiéne para hacer valer a su vez, el derecho a disentir en una reunión o punto de encuentro familiar, escolar, laboral, social, entre otros tipos. Qué si he manifestado algo que no resulta ser del agrado de alguien, o simplemente no estamos de acuerdo: “tengo libertad de expresión”, es la justificación que me legitima.

El alcance de acceso a la información que tenemos como meros espectadores si bien es amplio, no alcanza a cubrir la totalidad del espectro que es la libertad de expresión, y el riesgo que se corre en su ejercicio. Diversos instrumentos como el artículo 19º de la Declaración Universal de Derechos Humanos, o los artículos 6º, 7º y 41º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, criterios jurisprudenciales varios, además de normativa federal y local de cada entidad federativa, la regulan. Así también, la Convención Americana sobre Derechos Humanos en su artículo 13º.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos que tiene la función jurisdiccional del último instrumento citado, es decir, es el órgano encargado de juzgar las violaciones a derechos humanos en el sistema interamericano. En el Caso Granier y Otros (Radio Caracas Televisión) Vs. Venezuela entre otras cosas, reitera las dimensiones de la libertad de expresión: la primera es individual, que comprende el derecho a utilizar cualquier medio apropiado para difundir opiniones, ideas e información y hacerlo llegar al mayor número de destinatarios; la segunda es social, que implica el derecho de todos a conocer opiniones, relatos y noticias vertidas por terceros.

No se necesita ser periodista para hacer valer la libertad de expresión, pero, reconociendo el tipo de labor qué realizan, el impacto de su censura, limites o prohibiciones desproporcionadas y arbitrarias afectan directamente la esfera social de los destinatarios de esa información por medio de la esfera individual. Es decir, al impedirle a determinada persona que ejerce labores de periodismo, que dé a conocer cierta información, afecta no solamente su derecho a la libertad de expresión, sino la de toda la comunidad destinataria.

Reporteros Sin Fronteras o RSF, es una organización independiente que cuenta con carácter consultivo ante la Organización de las Naciones Unidas y otras entidades. En su informe BALANCE 2019 de periodistas asesinados, detenidos, secuestrados y desaparecidos en el mundo, incluye a periodistas profesionales, no profesionales, y a trabajadores de medios, con la firme convicción de que tales agresiones son consecuencia directa del ejercicio de su profesión, sin tomar en consideración para hacer cuentas, aquellos casos que no reúnen los elementos necesarios para establecer el vínculo entre su actividad periodística y la agresión.

¿Cómo nos posicionamos a nivel mundial? Como continente, América Latina tiene los “récords tristes”, por ser una región particularmente inestable y peligrosa para los profesionales de la información. Por lo que hace a la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, México se posiciona en el lugar 144/180 países. México tuvo 69 muertes registradas en 2013. Hoy sigue siendo junto con Siria, el país con mayor número de muertes de periodistas, no obstante, hay una diferencia significativa: un país está en estado de guerra -declarada y reconocida-, el otro no. Los países más mortíferos son México y Siria con 10 muertes registradas; Afganistán con 5; Pakistán con 4; Somalia con 3. En lo que va de este 2020, se han registrado los asesinatos de 4 periodistas.

RSF acudió el pasado 11 de marzo de 2019 a la Corte Penal Internacional para que intervenga en el país por crímenes de lesa humanidad previstos en el artículo 7º del Estatuto de Roma, cometidos en México contra periodistas entre 2006 y 2018, por al menos 102 asesinatos, y 14 desapariciones forzadas, de los cuales más de 99% siguen impunes. Así que, en efecto, nos encontramos en un contexto de violencia “postguerra contra el narcotráfico”, que impide el libre y pleno ejercicio de nuestros derechos y libertades, como lo es la libertad de expresión.

En conclusión, acuñada por la propia organización, así como el sentir de la comunidad que protestó durante el fin de semana en el Palacio de Justicia de Piedras Negras, Coahuila: “Aunque oficialmente no es escenario de un conflicto armado, México es uno de los países más peligrosos del mundo para la prensa […] Cuando los periodistas investigan temas molestos para el gobierno o relacionados con el crimen organizado, sufren amenazas, intimidaciones, pueden ser asesinados a sangre fría”. La manifestación referida tuvo lugar, por la muerte del periodista conocido como “El Valedor”, ante el señalamiento de la familia como los responsables de su muerte, a elementos de seguridad. Lo anterior, aunado al hecho de que sostienen, ya había recibido amenazas de este tipo, por parte de autoridades.

El Fiscal General de Justicia del Estado, Gerardo Márquez Guevara aseguró que la muerte de Juan Nelcio Espinoza Menera fue a causa de una broncoaspiración tras su detención en el boulevard Mar de Cortés de la colonia Villas del Carmen de Piedras Negras, Coahuila en la madrugada del 21 de agosto. De acuerdo con las versiones oficiales vertidas, fueron detenidos en un retén Juan y un compañero de trabajo, por encontrarse en estado etílico y agredir a los elementos encargados del retén. El retén se instaló, luego de un enfrentamiento con armas de fuego entre civiles armados contra elementos de seguridad de los tres órdenes de gobierno, en la noche del 20 de agosto.

Al ir en camino al Ministerio Público, Juan presenta dificultades para respirar por lo que, se dirigen al Hospital General Salvador Chavarría, pero al llegar los médicos les indicaron que ya no contaba con signos vitales. Esta situación indignó a la población, empero, el día de ayer, 23 de agosto se sumó a la causa la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en un pronunciamiento de prensa que ya circula por diversos medios y redes, en el que lamenta la muerte del periodista Juan Nelcio Espinoza Menera, y llama a las autoridades a realizar una investigación pronta, efectiva e imparcial de los hechos para su completo esclarecimiento, en el que se incluyan los más altos estándares internacionales, incluido el Protocolo de Minnesota sobre la Investigación de Muertes Potencialmente Ilícitas.

El Gobierno del Estado de Coahuila ya se pronunció al respecto, sosteniendo una apertura y total colaboración con la ONU en la investigación, sin embargo, tomando en consideración el contexto en el que aconteció, la pregunta deviene retórica.

 

La autora es estudiante de Derecho en la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Autónoma de Coahuila