No resolverá realización de bodas y bautizos problemas económicos de parroquias: Mario Carrillo Palacios 

Luego de que este lunes la Diócesis de Saltillo emitiera una circular donde informó sobre la autorización a parroquias y rectorías para celebrar bodas, bautizos, primeras comuniones, confirmaciones y confesiones a puerta cerrada y bajo lineamientos sanitarios para evitar brotes de Covid-19, el padre Mario Carrillo Palacios –titular de la Parroquia de San Esteban–, opinó que lo recaudado por estos servicios no resolverá los problemas económicos por los que atraviesan parroquias locales −que han derivado en el incumplimiento de pagos de recibos de agua, teléfono y luz, además de recorte salarial de colaboradores, como es el caso del inmueble religioso que dirige−, tras su cierre temporal por la emergencia sanitaria, ya que no representan su fuente principal de ingresos.

«Las fuentes de la economía de una parroquia son varias. La entrada fuerte son las colectas de misas normales porque son constantes, esa es la mayor fuente de ingreso. En segundo lugar están las bodas, en tercero los bautizos, en cuarto lugar actas y copias de certificados y por último las alcancías que se abren en caso de necesidad, se dejan como un ahorro», mencionó para El Heraldo, el padre Mario Carillo Palacios, al agregar que aproximadamente por misa de boda o bautizo, una parroquia obtiene entre mil y mil 200 pesos.

Asimismo, auguró que dichas ceremonias contarán con baja demanda, ya que −en sus palabras− la feligresía está acostumbrada en compartirlas con un número mayor de personas, entre familiares y amigos, recordando como ejemplo que en el caso de los bautizos, solo se podrán practicar a cinco niños como máximo por celebración, permitiendo únicamente la presencia de papás y padrinos; mientras que en matrimonios, se llevarán a cabo mediante el rito y sin misa, con impartición de la absolución general, distribución de la comunión y la presencia de máximo 20 personas, contemplando en dicha cantidad a contrayentes.

«Terminarán endeudadas las parroquias al final de la pandemia porque incluso las que tenían fondo ya se lo acabaron. En un mes normal sin pandemia se realiza, en promedio, una boda y cinco bautizos cada semana. La experiencia que hemos visto en otras diócesis que abrieron desde hace un mes, como la de Parras o Monterrey, el retorno de personas es muy despacio. Va a haber menos gente, muy poca. La gente dirá ´para qué hago la misa si no va a haber fiesta´», finalizó. (OMAR SOTO / FOTOS: PIXABAY)