EN EL TINTERO

Justicia para Inés

La reciente noticia de la estrella de béisbol, Sergio Mitre, inmiscuido en el delito de feminicidio y probable violación impropia agravada en contra de una menor de 2 años, ha desatado una serie de opiniones y comentarios, pero también nos debe llevar a la reflexión de un hecho de violencia, en donde nos preguntamos si el asesinato de una pequeña se pudo haber evitado.

Si bien es cierto que no existe aún una sentencia o resolución hacia el pitcher de los Saraperos de Saltillo, hay un antecedente de maltrato y violencia en contra del género.

Fue en septiembre de 2019 cuando Sergio Mitre golpeó brutalmente a su entonces pareja Jazmín “N”, dejándola con huesos rotos y el rostro desfigurado, fue detenido en el hotel Quality Inn de Saltillo, mientras trataba de estrangular a su víctima. Los videos de vigilancia pudieron evidenciar la situación, cuando un guardia del hotel tocó la puerta al escuchar que la pareja estaba discutiendo.

Se inicio entonces un proceso legal en su contra; sin embargo, la víctima decidió otorgarle el perdón, y junto con el pago de una multa de 20 mil pesos logró librar la cárcel. ¿Qué hizo entonces la directiva del equipo de béisbol? Nada, primero condenó la violencia, y tras esa salida legal, permitió que su jugador permaneciera en el equipo como toda una estrella y ejemplo de la juventud aficionada.

Fue entonces y es ahora, un acto de hipocresía de los directivos de Saraperos, pues aunque libró la cárcel y se le otorgó el perdón, el hecho ocurrió y no fue borrado, su jugador estrella es un agresor y lamentablemente el tiempo demostró que su temperamento nunca cambió.

Hace unos días, el Ministerio Público presentó ante la juez de control, Lilia Verónica Sánchez Castillo, a cargo de la audiencia inicial del jugador, 13 pruebas contundentes del maltrato que se ejerció en contra de la menor que, demuestran, vivió un infierno.

Lo más lamentable, es que se presume responsabilidad también de la madre, una mujer de 19 años, que apenas con tres meses de vivir con su actual pareja, Sergio Mitre, enfrenta la muerte de su pequeña hija quien, según la necropsia, murió de un shock hipovulémico por ruptura de la arteria renal izquierda, y aunque no se ha destacado ese detalle, presuntamente le introdujeron un objeto en el área anal.

¿Qué hubiera pasado si Jazmín, su primera pareja no hubiera otorgado el perdón? ¿Qué hubiera pasado si la directiva en ese momento hubiera dado la baja definitiva de Mitre? ¿Se hubiera evitado la muerte de la menor? Son respuestas que no tenemos.

Sin embargo, este caso debe dejarnos una reflexión a quienes en algún momento han sufrido algún tipo de violencia. Sin duda, la denuncia es relevante, pero, lo es más, la justicia que se debe aplicar en cada hecho.

No sabemos la posible presión que se pudo ejercer en la primera víctima ante la circunstancia de denunciar a una estrella del mundo del deporte, por eso no estamos en condiciones de juzgar, pero no dudo que haya existido, porque a pesar de la agresión, el jugador, un hombre violento, siguió teniendo el respaldo de quienes veían en él solo fama y ganancias económicas.

Hoy, ante la acusación de violación o posible feminicidio, y la fuerte critica de los usuarios en redes sociales, no tuvieron más opción que deslindarse, pero lo hicieron demasiado tarde.

Habrá que esperar que define la autoridad en su proceso; sin embargo, fueron bastante estratégicos para evitar que se fugara, una primera detención por supuesta posesión de narcóticos no es casualidad, y ahora su ingreso al penal. La pregunta ahora es: ¿Si hay indicios de que la madre participó en el maltrato, porque no está en la cárcel? Esperemos que pronto haya respuestas y la pequeña Inés tenga justicia.

Autor

Jessica Rosales
Jessica Rosales
Reportera desde enero de 2000. Fundadora de la Agencia de Noticias Digital UNIMEDIOS. Actualmente titular del noticiero Capital Noticias 91.3FM en Saltillo y Coordinadora de Contenidos de Capital Media Coahuila. Escribo la columna “En el tintero” que difunde El Heraldo de Saltillo, La Otra Plana y Capital Coahuila.