NO DESAPROVECHES LA CRISIS

 

El Fondo Monetario Internacional, institución responsable de recabar información y gestar políticas económicas a gran escala desde 1945, modificó sus pronósticos sobre la economía mundial que había presentado en abril de este año.

El escenario ahora parece más complicado, después de prever una caída de la economía mundial del 3% ahora es de 4.9% la peor desde la gran recesión. Estima que países como Estados Unidos de América caerá su producto 8% y México lo haría al 10.5%.

La crisis ya se ha llamado “el gran confinamiento” y sus números y predicciones superan los de la gran recesión e incluso los de la primera y segunda guerra mundial, al menos en posibilidad de endeudamiento. Afirma el organismo: una crisis como ninguna otra, tendrá una recuperación como ninguna otra. Se ha previsto que la recuperación en 2021 será: “anémica”.

Aunque ya el más del 75% de las economías están reabriendo y generando una movilidad que apoya al gasto, la incertidumbre continua y la falta de elementos que solidifiquen el fin de la contingencia impide un desarrollo total. Todos los organismos de monitoreo a la salud tanto interna como a nivel global coinciden en la posibilidad de un rebrote.

Difícil situación es esta, en la que el confinamiento nos permite sobrevivir para enfrentar una crisis mayor y más larga. Sin duda los momentos de crisis están presentes siempre, desde la cuna a la tumba vivimos episodios difíciles en mayor o en menor grado, pero es en esos momentos en que se forja carácter y se construye la vida. Nos disciplina y enseña el rigor de un turbio momento, más que cualquier otro maestro.

En toda crisis debemos transformar el entorno, pero también cambiarnos, el mundo acelerado nos ha demostrado que también puede frenarse, pero la necesidad ahí sigue. Por cierto, la OMS ha alertado sobre la importancia de continuar las políticas relacionadas con la salud mental durante esta contingencia a fin de frenar lo que espera sea una ola importante de suicidios y consumo de sustancias.

Ante la crisis debemos saber nuestro propósito y responder a preguntas esenciales sobre el pasado, nuestro presente y también nuestro futuro, debemos replantearnos prioridades y tener claridad en lo que esperamos y haremos. La virtud está en cambiar antes de tener que cambiar.

Conocer nuestro propósito nos permite capacitarnos y aumentar el potencial que tenemos, una crisis no debe dejarnos igual, debe mejorarnos. En la zona en la que vivo, mis vecinos han descubierto nuevos talentos que unidos a su experiencia previa ahora están causando ventas, venden postres, comida y artículos, generando una economía cercana que, si bien no es suficiente aun, alienta y muestra que en los momentos difíciles también se continua.

El propósito y el potencial deben coincidir en la producción, generar nuevas cosas, enfrentar los retos y afrontar la crisis. Nuestra realidad es desconcertante pero describible, en ella gestionemos herramientas propias y sociales, aprendamos y gestionemos una capacidad emocional para identificar las oportunidades. Quizá, así como las pequeñas cocinas durante la pandemia tuvieron las mismas posibilidades de venta que los grandes recintos gastronómicos, podamos encontrar nuevos espacios de crecimiento y aprovechamiento.

No desaproveches la crisis.

 

Yo soy Héctor Gil Müller y estoy a tus órdenes.