CÁPSULAS SARAPERAS

Villa Indalecio

En esta ocasión te platico que hace algunos días, los integrantes del museo de los Presidentes me hiceron una pregunta, y como en pocas ocasiones guarde silencio por no tener la respuesta. Entonces, la pregunta se convirtió en duda, y la duda se convirtió en pregunta, pero ahora de mí hacía ellos y fue así como me enteré del nombre que quisieron ponerle a nuestra hermosa ciudad de Saltillo, cuando está aún no era ciudad y eran dos poblados, por un lado la Villa de Santiago del Saltillo y por el otro el Pueblo de San Esteban de la Nueva Tlaxcala.

Y es que depués del triunfo de nuetra lucha por la independencia, las autoridades buscaban darle un sentimiento de pertenencia a los habitantes de la naciente república, a nuestro México. Rápidamente se organizaron congresos en cada estado, la Villa de Santiago del Saltillo y el Pueblo de San Esteban de la Nueva Tlaxcala, pertenecian al estado de Coahuila y Texas. En dicha asamblea participó un chihuahuense por nacimiento, coahuilense por adopción, don José Francisco Madero Gaxiola, bisabuelo del apostol de la democracía, don Francisco I. Madero.

En la sesión del Congreso del Estado de Coahuila y Texas, del día 20 de octubre de 1827, el entonces diputado José Francisco Madero Gaxiola, propuso, cambiarle el nombre a la Villa de Santiago del Saltillo por el nombre de “Indalecio”. ¿El motivo? Pues bien, don Ignacio Allende, quien tomó el mando del ejecito independentista, aquí en esta hermosa ciudad de Saltillo, tenía un hijo, llamado Indalecio Allende Herrera, militar también, quien fue asesinado el 21 de marzo de 1811 en la lomita sur de Norias de Baján, muy cerca de Monclova, donde apresaron a los hoy héroes de nuestra independencia.

Durante varios días, los diputados cabildearon, hasta el 5 de noviembre, cuando decidieron honrar a la dulce madre de la patria, doña Leona Vicario, nombrando a la Villa de Santiago del Saltillo, como ciudad Leona Vicario y al insurgente Manuel Villalongín y Navarro, oriundo de Morelia, colocando su nombre al Pueblo de San Esteban de la Nueva Tlaxcala, llamandolo Villa Villalongín.

Las dos poblaciones, es decir la Ciudad Leona Vicario y la Villa Villalongín, permanecieron separadas, hasta el año de 1832, momento en el cual las dos poblaciones por fin se unieron para llamarse tal y como hoy conocemos a esta hermosa ciudad de Saltillo, y tan sólo imaginar que estuvo a punto de llamarse Indalecio, entonces sería la hermosa ciudad de Indalecio. Así es estimada y estimado casi casi indaleciano.

Autor

Francisco Tobías
Francisco Tobías
Es Saltillense*, papá de tres princesas mágicas, Rebeca, Malake y Mariajose. Egresado de nuestra máxima casa de estudios, la Universidad Autónoma de Coahuila, en donde es catedrático, es Master en Gestión de la Comunicación Política y Electoral por la Universidad Autónoma de Barcelona, el Claustro Doctoral Iberoamericano le otorgó el Doctorado Honoris Causa. Es también maestro en Administración con Especialidad en Finanzas por el Tec Milenio y actualmente cursa el Master en FinTech en la OBS y la Universidad de Barcelona.
Desde el 2012, a difundido la historia, acontecimientos, anécdotas, lugares y personajes de la hermosa ciudad de Saltillo, por medio de las Cápsulas Saraperas.
*El autor afirma que Saltillense es el único gentilicio que debe de escribirse con mayúscula.
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Es Saltillense*, papá de tres princesas mágicas, Rebeca, Malake y Mariajose. Egresado de nuestra máxima casa de estudios, la Universidad Autónoma de Coahuila, en donde es catedrático, es Master en Gestión de la Comunicación Política y Electoral por la Universidad Autónoma de Barcelona, el Claustro Doctoral Iberoamericano le otorgó el Doctorado Honoris Causa. Es también maestro en Administración con Especialidad en Finanzas por el Tec Milenio y actualmente cursa el Master en FinTech en la OBS y la Universidad de Barcelona. Desde el 2012, a difundido la historia, acontecimientos, anécdotas, lugares y personajes de la hermosa ciudad de Saltillo, por medio de las Cápsulas Saraperas. *El autor afirma que Saltillense es el único gentilicio que debe de escribirse con mayúscula.