De los cuadriláteros a la cocina: abre luchador profesional restaurante tras inactividad por Covid-19

Héctor Picasso, conocido en la lucha libre como «Guerrero Negro», tuvo que abandonar temporalmente los cuadriláteros a raíz de la llegada del Covid-19 a territorio nacional, lo que produjo que las actividades deportivas y eventos masivos se suspendieran indefinidamente, afectando su economía, ya que sus ingresos dependen de participar en funciones luchísticas. Ante esto, no se quedó de brazos cruzados y decidió abrir en Saltillo un establecimiento de comida mexicana, así nació «Almuerzos del Guerrero Negro», que inició formalmente operaciones este viernes.

«Yo vivo en Estados Unidos y cuando trabajo aquí lo hago por fechas. Para mí que vivo de la lucha libre ha sido muy difícil todo esto, me pegó durísimo y cuando empezó le dije a mi esposa ´vamos a poner un restaurante. Vamos a empezar con puros almuerzos y después lo ampliamos todo el día´. Primeramente Dios espero que nos vaya bien y aquí vamos a estar echándole todas las ganas», comentó para El Heraldo, «Guerrero Negro».

«Ahorita que pusimos el restaurante, pienso que mucha gente vendrá por la curiosidad de ver qué es lo que haces. Mucha gente me tiene catalogado como una persona déspota, que soy sangrón, pero yo los invito a que vengan a comer aquí y conozcan a Héctor Picasso, no al Guerrero Negro. Yo luchando tengo que hacer un papel y me sale súper bien que la gente me odie pero aquí van a conocer a Héctor Picasso», agregó.

El gladiador originario de Monclova, quien se ha presentado para 10 mil personas en la Arena México, situada en la capital del país y considerada la catedral de la lucha libre mexicana, dijo que aunque tiene confianza de que su restaurante prosperará gracias al sabor de las gorditas, guisos, huevos al gusto, chilaquiles y demás platillos que oferta, no se imagina lejos de las batallas entre rudos y técnicos, por lo que en cuanto las autoridades sanitarias lo autoricen, volverá al deporte de las llaves, vuelos, máscaras y cabelleras.

«Voy a cumplir 40 años, de los cuales 25 luchando. Si yo ya no lucho me muero, me moriría de tristeza por no volver a pisar un ring, por no volver a hacer lo que a mí me gusta. La lucha libre es mi vida, mi pasión, mi todo», finalizó.

«Almuerzos del Guerrero Negro» se ubica sobre el Bulevar Francisco Coss, entre las calles Secundino Siller y Zaragoza, con número exterior 257. (OMAR SOTO)