¿RUTA EN FALSO?

Es de reconocerse el esfuerzo que hizo el Consejo Coordinador Empresarial por integrar una propuesta para la reactivación económica. Su convocatoria tuvo la respuesta de más de 135 mil personas que de alguna manera sumaron sus ideas a las de 250 panelistas que durante tres días participaron en diferentes mesas para construir un documento que se hizo público el miércoles y que esperan poder presentar al presidente de México.

Desde luego que resulta interesante conocer lo que se propone en el documento «68 ideas para México», pero en el momento que vive el país resultaba inevitable preguntar qué pasará si el presidente no los escucha.

Según consignan algunos medios, en la presentación del documento voceros de la iniciativa privada señalaron que en caso de que el gobierno no escuche o considere la mayoría de las propuestas será muy difícil y tardado poder reactivar la economía ante esta crisis.

A nadie debe sorprender que a las pocas horas de conocidas las propuestas, llegó la respuesta de López Obrador, tampoco causa extrañeza el tono: «No puede ningún grupo imponer su política, corresponde al Estado, al gobierno federal», dijo antes de repetir su necia perorata de que «no habrá rescate para potentados».

Ya se anticipaba esa respuesta, al grado de que durante la presentación el miércoles Carlos Salazar Lomelín, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, no dudó en aclarar: «en ninguna de las medidas se llama a un rescate por parte del gobierno para las empresas».

Unos hablan de ineptitud y necedad del presidente López, otros de perversidad y hasta ven señales de una dictadura en gestación, lo cierto es que para este plan de reactivación con el gobierno no contaremos los mexicanos, ¿es entonces una ruta en falso, o algunas de esas 68 ideas se podrán aplicar en un esfuerzo de la sociedad y el empresariado?

No es sencillo, pues en principio están hablando de diseñar políticas públicas responsables y eficaces para atender la situación que estamos viviendo, ¿podrá entonces buscarse una ruta a otros niveles de la administración pública? Lamentablemente hemos visto que no hay en el gabinete ni en el entorno cercano a López Obrador nadie que se atreva a hacerle ver los errores, ni con la influencia suficiente para conducirlo a mejores decisiones.

Habrá algunos con capacidad, sin duda, ¿tendrán disposición, apertura y, sobre todo, valor para intentar empujar algunas de esas políticas propuestas, u otras que permitan la reactivación?

No estamos ante un juego ni ante una situación menor, el diagnóstico del Consejo Coordinador Empresarial es muy claro, y coincide con los que se están haciendo desde otras instituciones nacionales e internacionales.

«La pandemia del Covid-19 ha provocado una crisis sanitaria y económica de proporciones inimaginables en México. Existe un claro sentido de urgencia. México está recibiendo un impacto económico negativo de graves consecuencias: caída generalizada de la actividad económica, desempleo, suspensión de miles de centros de trabajo, interrupción masiva de la producción, caída en los ingresos de trabajadores, quiebras de empresas, colapso de las ventas, disminución de volúmenes y precios de exportaciones, pérdidas de ingresos por turismo y remesas, salidas de capital y freno en las decisiones de inversión. De continuar esta situación se podría presentar un deterioro de la posición fiscal del gobierno y un daño incalculable en las finanzas públicas», señala el documento del CCE.

Usando un lugar común podríamos decir que estamos ante la tormenta perfecta… y en la calle.

Pero ¿de qué van las propuestas?, las agruparon en tres rubros: acciones inmediatas para solventar la crisis; acciones para reabrir la economía; y acciones de mediano y largo plazo para detonar el crecimiento incluyente y el desarrollo social.

En el primero, las que consideran inmediatas, abordan acciones en temas de salud, bienestar social, estabilidad económica, estabilidad fiscal y seguridad.

En las acciones para reabrir la economía vuelven a plantear la protección de la salud como prioridad, pero también ven necesario contar con una perfecta coordinación entre los sectores de la sociedad y los órdenes de gobierno; definir mecanismos y tiempos de reapertura; homologar la definición de sectores esenciales; simplificar trámites burocráticos, sobre todo en el acceso a financiamiento para capital de trabajo, y diseñar políticas de trabajo remoto.

Las acciones de mediano y largo plazo están enfocadas en alcanzar los objetivos de desarrollo social y crecimiento económico incluyente. Las iniciativas están concentradas en las áreas de política social, política económica y estado de derecho.

Si López Obrador leyera el documento encontraría que esa propuesta de Acuerdo Nacional más que rescatar a las empresas lo puede rescatar a él.

Un burócrata muy ladino confiaba en alguna ocasión su estrategia que le había permitido transitar por la administración pública estatal, en la que acumula ya ocho sexenios: «siempre presenta tus propuestas como si fueran idea del jefe, nada les alimenta más el ego que hacerles sentir que a ellos se les ocurrió la solución».

¿Y si lo intentaran así los del Consejo Coordinador Empresarial?

 

edelapena@infonor.com.mx