A LA BÁSCULA

Aprobación ciudadana 

La percepción de la gente del buen manejo de las crisis que se le han presentado en el último semestre en la entidad, han llevado al gobernador de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme Solís a tener un ascenso en la aprobación ciudadana, de acuerdo con las mediciones mensuales que realiza la casa encuestadora Mitofsky.

Aunque ya traía un ligero crecimiento un par de meses antes, a partir de la forma en que en Coahuila se respondió a los grupos de la delincuencia organizada que perpetraron el ataque al edificio de la presidencia municipal de Villa Unión el 30 de noviembre pasado, elevaron la aceptación del mandatario coahuilense. Sobre todo, por la forma coordinada que se estableció con la Federación, con el Ejército, la Marina, la Guardia Nacional y la Policía Federal, que le valieron incluso el reconocimiento del propio Presidente de la República y la secretaria de Gobernación.

De acuerdo con Mitofsky, Miguel Ángel Riquelme, en la medición de octubre pasado ocupaba la posición número 19 entre los niveles de aceptación de los gobernadores del país, con un 31.7 por ciento de los coahuilenses. En noviembre pasó a la posición 17 con 36.7 de aprobación, y cerró 2019 en el lugar 15 con 37.6 por ciento.

En enero ya estaba ubicado en la posición 11 con 43.9 por ciento de aceptación de los habitantes del Estado, en febrero llegó a la posición 10 con 42.9 por ciento, en marzo ocupó el quinto lugar con 53.1 por ciento, y abril lo cerró en el sexto lugar con 54.6 por ciento de aprobación. En poco más de un semestre –siete meses para ser exactos-, los niveles de aprobación de Riquelme Solís se incrementaron 22.9 por ciento, una cifra envidiable sobre todo en el mundillo de la política.

En una buena parte de la población de Coahuila, existe la percepción de un adecuado manejo de la crisis sanitaria por el Coronavirus, en incluso le valió el reconocimiento de Zoé Robledo, director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), de que la entidad es un ejemplo nacional en la lucha contra el COVID-19.

Riquelme Solís se ha multiplicado, y ha estado presente encabezando reuniones en todas las regiones del Estado, en cada una de las cuales instaló subcomités para enfrentar el problema de la pandemia, y ha estado las veces que ha sido necesario en las instalaciones del Hospital General de Zona N°7 de Monclova, el epicentro de la pandemia en la entidad. No le ha sacado al toro, lo ha enfrentado y lo ha tomado por los cuernos.

Pero también ha sostenido reuniones con alcaldes y empresarios de las diferentes actividades económicas, definiendo y delineando las estrategias para tratar de que el impacto económico y social por el paro de las actividades consideradas como no esenciales, sea lo menos demoledor posible.

Incluso sus actividades en ese sentido, es decir de combatir las crisis de salud y económica, lo han llevado a sostener una serie de reuniones primero con el resto de los gobernadores del Noreste, con el de Tamaulipas y el de Nuevo León, grupo al que luego se sumaron los mandatarios de Durango y de Michoacán.

Internamente, el gobernador coahuilense dejó de lado las filias y fobias partidistas, de siglas, de colores, de ideologías políticas, y ha trabajado hombro con hombro desde el primer minuto, con el alcalde de Monclova Alfredo Paredes, panista él, pero que al igual que Riquelme, dejó de lado las cuestiones políticas y de partidos, para trabajar y realizar todas las acciones que han sido necesarias para combatir la pandemia en la Región Centro del Estado.

De igual forma, ha trabajado con los alcaldes de Piedras Negras, Claudio Bress, quien llegó al puesto cobijado por los colores de Morena; con Manolo Jiménez, alcalde priista de Saltillo; y aunque no ha encontrado el suficiente eco, le ha extendido el apoyo y la mano a Jorge Zermeño Infante, alcalde panista de Torreón, para brindarle todo el apoyo del Estado en esta lucha contra el Coronavirus que por momentos pareciera que es interminable.

El manejo de estas dos crisis que se le han presentado en los meses recientes, es lo que parece ser que le ha valido para recibir el reconocimiento de más de la mitad de los coahuilenses, y el incremento de 22.9 por ciento en los niveles de aceptación entre los ciudadanos. Por ponerlo como referencia, Cuauhtémoc Blanco, de Morelos, ocupa la posición 32 con 16.5 por ciento de aprobación, y eso que ya mejoró, porque en marzo tenía 11 por ciento y en febrero 6.7 por ciento de la aprobación de la población, respecto de su papel como mandatario.

 

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@JulianParraIba