DE BUENA FUENTE

RIQUELME EN LA CIMA…

Con un 54 por ciento de aprobación, – según Mitofsky –el gobernador Miguel Ángel Riquelme Solís se ubica en el sexto sitio de los mandatarios estatales con mejor calificación ciudadana.

La encuesta mensual señala una curva de crecimiento del mandatario coahuilense durante el último trimestre, que lo mantiene como el segundo mejor evaluado de los gobernadores del PRI.

A nivel comarcano, algunas encuestas evalúan a los alcaldes de Monclova, Alfredo Paredes, de Saltillo, Manolo Jiménez, y de Piedras Negras, Claudio Bress, como los ediles que mejor han manejado la crisis social causada por el Covid-19.

Y solo para futurear, anote que Alfredo, del PAN, Manolo, del PRI, y Claudio Bress, de Morena, se afianzan en sus respectivos partidos políticos como posibles tiradores a la gubernatura.

Ahora sí que como dijo y dijo bien, el presidente López Obrador: Esta pandemia les cayó a los alcaldes como anillo al dedo.

 

¡SUERTUDOTES!

Transcurría el primer año de gobierno de la actual administración estatal, y la clase política comarcana apostaba por la salida del secretario de finanzas, Blas Flores, y el secretario de gobierno, Chema Frausto.

Ambos llegaron al gabinete estatal, merced a una supuesta negociación con el ex gobernador Rubén Moreira Valdez, pero nunca formaron parte del equipo cercano al entonces gobernador electo.

Ya se barajaban nombres para sustituirlos, cuando se conoce el triunfo de la Cuarta Transformación, y la llegada de la ex ministra Olga Sánchez Cordero a la Secretaria de Gobernación.

De pronto, Blas y Chema pasaron de casi apestados a muchachos chichos y consentidos, pues se descubrió su parentesco familiar con la segunda persona más poderosa en el país.

Y es que era costumbre histórica en la política neoliberal  que una relación de semejante tamaño en el gobierno federal, representaba para ambos políticos y para el estado, algo más que sacarse la lotería

Pero de un tiempo a la fecha, Chema y Blas volvieron a ser los patitos feos, pues su parentesco con doña Olga no ha representado en los hechos, ningún beneficio político, financiero, y en obras para la entidad.

La disyuntiva es que si los quitan, se enojará la titular de Gobernación.

Y si los dejan, ¿seguirán Blas y Chema nadando de a muertito?

Como dijo el Lonje Moco: Nadie sabe, nadie supo.