ZAGAL  

Conspiraciones y Fake News

No cabe duda que las herramientas electrónicas mediante las cuales se puede tener acceso a una red de internet, han dado un giro total en torno a lo que era su finalidad cuando estas empezaron a ser creadas.

“…un producto que sea mucho más inteligente que cualquier dispositivo móvil y que sea súper fácil de usar”  fueron las palabras con las que Steve Jobs describió al Iphone cuando lo presentó por primera vez al mundo en 2009.

Con el paso de los años y la evolución en la tecnología, parece ser que existe quien abusa de la inteligencia con la que cuentan ahora gran variedad de dispositivos y se aprovecha para generar algún lucro, chiste, o incluso, por mero morbo, se dan a la tarea de crear información que aparenta ser verídica, pero en realidad tienen una finalidad de influenciar de manera errónea a quienes accedan a ella. Para entender mejor, me refiero a las conocidas como “fake news”.

Los tiempos de crisis, además de dar lugar a un momento perfecto para que se practiquen al máximo la solidaridad, empatía, colectividad y afecto; lamentablemente se han convertido en terreno fértil para que gran cantidad de noticias falsas crezcan y desinformen a sectores de la sociedad, ocasionado división, polarización, y en algunos caso violencia, pues ante la inmensa ola de información con la que se cuenta hoy en día, existe quien toma – y hay que decirlo – solamente aquella que sea más acorde a sus ideales, aunque esta no sea necesariamente verdad.

Lo que motivó a que se escribiera lo que ahora usted lee, es la preocupación del fenómeno que se está viviendo en todo el mundo, y no, no me refiero al sanitario del que ya hemos hablado en este espacio, lo que ahora preocupa es que estamos viviendo a la vez, una pandemia de noticias falsas que también debe ser combatida.

Desde teorías de la conspiración, hasta métodos curativos inventados, el ecosistema comunicacional se ha llenado de este tipo de información que, si bien, traen consigo una narrativa estructurada de tal manera que penetre al sentimiento de quien se entera de ella y se viralice más rápido, es doblemente importante revisar y confirmar la información que recibimos para no generar pánico o preocupaciones innecesarias.

Un claro ejemplo es la noticia falsa que, de acuerdo al New York Times en conjunto con una empresa de análisis de medios, es la más difundida de todas las “fake news” identificadas, la cual asegura una relación directa entre Bill Gates y el actual brote del COVID-19.

La propia Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha externado su preocupación sobre los efectos que las noticias falsas puedan tener en el marco de esta crisis sanitaria, al externar que éstas «pueden causar caos y problemas de salud». Asimismo, psicólogos alrededor del mundo, han confirmado que la difusión de información falsa que, uno cree es verídica, así como pensar que a lo que se tuvo acceso fue a un conocimiento prohibido, da la sensación de poder y control sobre el resto de las personas.

En fin, es probable, querido lector, que durante esta temporada de cuarentena usted haya recibido o incluso enviado, sin saberlo, una noticia falsa. Y, aunque no siempre las noticias falsas se difunden con mala fe, en algunas ocasiones ocurre así. Lo que confirma aquello que se mencionó al inicio; así como las tragedias sirven para sacar a relucir lo mejor de la sociedad, también es cierto que, en algunos casos demuestran un lado negativo de una pequeña porción de ésta.

Por ello, es importante que, por verosímil que parezca la información con la que se tope, dude de ella, se cuestione, verifique las fuentes y la contraste con más información.

También es importante, creo yo, sugerir qué hacer cuando se tenga bajo nuestro poder información falsa, para lo cual, lo más recomendable es simplemente no hacer caso y frenar la cadena de distribución. Evitar la crítica a quien comenzó su difusión, pues recuerden que la mala publicidad es, al final de cuentas, publicidad; por eso que la mejor manera de sepultar a algo que genera tanto ruido, es el silencio.

Reciban un saludo, muchas gracias.

Nos leemos la siguiente semana.