¿QUÉ LE PASA?

A estas alturas AMLO nos viene a decir, que no le gusta el “modito” del Consejo Mexicano de Negocios que consiguió 12 mil millones de dólares para apoyar empresas afectadas por el Covid-19.

Ay madre santa, qué delicadito se nos ha puesto.

Y qué coincidencia, porque a mí lo que no me gusta es “su” modito de gobernar, lleno de chifladuras.

Precisamente ahora que la OMS alerta que la letalidad del coronavirus en México es mayor que en Estados Unidos y China, y las autoridades de salud nos advierten que viene alza en contagios y reconocen que les faltan médicos, enfermeros y material para la atención sanitaria y que más de 10 hospitales anunciaron que no tienen capacidad para recibir contagiados, el presidente nos sale conque México “domó la pandemia de coronavirus.”

Quien sabe cuál vaya a ser el resultado final de esta pandemia, para la que él ya ve “la luz de la salida”, pese al anunciado colapso de la economía y a que, ocupado en pleitos, el gobierno ha descuidado la seguridad y en muchos lugares de la República narcos y delincuentes comunes, recrudecen la violencia.

El resultado está pues en veremos; pero lo que sí va quedando claro, es la incapacidad de López Obrador para hacerle frente

Y mientras él cae en aceptación ciudadana, sube la popularidad del subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo Gómez Gatell, a quien la diaria conferencia de prensa para informar sobre la epidemia, ha vuelto familiar para millones de televidentes.

Raro es que siendo tan celoso de lo que le quite audiencia López Obrador no le haya cogido ojeriza, como ha ocurrido con otros de sus colaboradores.

O a lo mejor ni cuenta se ha dado que López Gatell, él sí de familia y formación de izquierda, habla con propiedad y de corrido y que su amabilidad y paciencia hacía reporteros que preguntan cada noche lo mismo, ayudan a incrementar sus bonos; en contraste con él, que regaña a todos y se indispone cada día con más gente.

Esta semana aumentó su alejamiento de los empresarios, y de muchos de sus partidarios, al proponer un resumen de sus reiterativas mañaneras, como medidas de austeridad; algunas de ellas, inconstitucionales y otras imposibles de cumplir, por falta de recursos.

En tanto López Gatell, de quien no me gusta su falta de atrevimiento para contradecir a su jefe del que incluso dijo que no se contagia por su fuerza moral, se hace famoso con cifras que muchos cuestionan; mientras él explica calmado que el primer brote no terminará antes de agosto y puede rebrotar en otoño o invierno; porque sin vacuna, no habrá control completo.

Sin ignorar las interrogantes dejadas cuando fue despedido por el presidente Calderón, estando a cargo de la epidemia de gripe A (H1N1) de enero de 2009 que causó 18 mil 036 fallecimientos y concluyó en agosto del mismo año, el subsecretario atribuye las discrepancias a la corrupción existente en ese gobierno panista.

Y en entrevista con Ángeles Cruz, de La Jornada, indicó que los desencuentros se debieron a las presiones que Salubridad sufrió de Calderón.

Asegura «el que hoy no haya corrupción hace una diferencia inmensa”, en la conducción de la epidemia; y que entonces se afirmaba que había pruebas rápidas aprobadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, y por la OMS.

“Pero era falso… la presión obedecía a que en la Presidencia habían comprado miles de esas pruebas…”

Y también hubo presiones directas para favorecer empresas de amigos.

Finalmente fue destituido y casualmente hay en la actualidad, seis gobernadores panistas que incumplen su obligación al no proporcionar en tiempo y forma los datos de sus entidades.

Entre lo mucho que sobre López Gatell se ha escrito, destaca la semblanza familiar publicada por la revista EMEQUIS sobre sus antecedentes en Cataluña, tierra de su abuelo Francisco, ingeniero militar republicano y luchador contra el franquismo, que viajó a México con esposa y dos hijos, entre los más de 20 mil españoles apoyados por Lázaro Cárdenas.

Uno de esos niños Francisco López Gatell Trujillo, fue padre del hoy subsecretario; se naturalizó mexicano y en 1955 obtuvo su cédula profesional como médico cirujano; cursó en EU una especialidad en Urología y se casó con Margarita Ramírez, enfermera del Hospital 20 de Noviembre; dónde ambos laboraban.

Su hijo Hugo, nació en 1969; fue alumno del Colegio Madrid y de la Facultad de Medicina de la UNAM, donde se recibió de médico en 1994 tras lo cual, trabajó varios años en el Hospital de la Nutrición.

Buenas credenciales que quiero confiar sirvan, en bien de todos.

 

Autor

Teresa Gurza