¿QUÉ MÁS?

He pensado seriamente en más de una ocasión en olvidarme de las redes sociales. La idea se incrementa cada vez que veo fotos, memes, videos y comentarios de lo aburrido que están en cuarentena, lo que comieron y/o bebieron, a qué están jugando, qué se prepara en su cocina, si festejaron su cumpleaños en el comedor, cómo se ejercitan, o bien, piden alguna recomendación para ver en Netflix.

Avalan consciente o inconscientemente al homo videns, a la zona de confort y a la premisa de que su sentir y actitud depende de lo externo, de lo que viven u otros les dan. De cómo su estado de ánimo lo dicta el exterior, lo que dicen de sí mismos, lo que tienen o no y como si el estar fuera de casa fuese sinónimo de alegría. ¿Pero quién o qué puede dictar la felicidad, sino tú mismo?

¿Será que nos apanicamos de enfrentarnos a nosotros sin máscaras? Cuántas veces evitamos la introspección, en hacer chapuzones para observarnos, hasta lograr bucear con nuestro niño interior y nuestro yo actual. El presente nos grita qué podemos hacer, sino tenemos capacidad de apoyar como voluntarios, podemos aportar con actitudes simples como quedarnos en casa y tratar de hacer consciencia con nuestro círculo cercano. Enseñar la realidad de manera fundamentada, contundente y sin alarmismos.

Comenté hace días con mi amiga Vero Coyoc, de Campeche, sobre la situación del Covid-19 en nuestros respectivos estados. Vero es médica y su hermana y su esposo también. El matrimonio vive en Villahermosa, Tabasco, porque allá trabajan como pediatras y su hija de cuatro años está en cuarentena con mi amiga y su papá, ambos se hacen cargo de la pequeña porque sus papás trabajan largas jornadas de guardias hospitalarias.

Como médicos son respetuosos de protocolos y no viajan para encontrarse con su hija. Se mantienen trabajando, con la idea de no bajar la guardia y seguir hasta que acabe la pandemia en nuestro país. Todos los días hablan para preguntar cómo está su niña a la que quieren abrazar y dormir en su camita. Hay cientos de casos como estos. ¿Qué más nos falta para saber que debemos guardarnos en casa?

biznagaas@hotmail.com