A LA BÁSCULA

Por favor, quédate en casa 

Todos los días y hasta en varias ocasiones en un mismo día, autoridades de los gobiernos estatales de Coahuila y Durango, emiten todo tipo de mensajes a la población, relacionada con el tema del Covid-19 -o Coronavirus, como guste usted llamarle-, y el mensaje central así hablen los gobernadores o funcionarios de salud, de cultura, de economía, de turismo, siempre es el mismo: por favor, quédate en casa.

Lo han repetido hasta el hartazgo, una y otro, y otra y otra vez, en la mañana, en la tarde, por la noche, en conferencias seas éstas presenciales o virtuales, en comunicados, en entrevistas. Dirían allá en mi pueblo, ‘se desgañitan’ pidiéndole a la gente: por favor, quédate en casa. No es terquedad de los gobiernos, es simplemente que son ellos a los que les transferimos el problema si no atendemos las indicaciones porque así de sencillo, si nos seguimos moviendo, el virus se mueve, se mantiene vivo y se trasfiere a otras personas; en cambio si nos quedamos en casa, si no nos movemos, el virus no tiene forma de moverse ni de mantenerse vivo, y con esa simple medida ayudamos a romper el círculo de contagio.

Se entiende que esa medida por muy simple que sea, es sumamente complicado aplicarla en un país donde 60 por ciento de la fuerza laboral del país está en la informalidad, en el que que una inmensa mayoría de las micro, pequeñas y medianas empresas que dan empleo a dos, tres cinco o 10 personas –y que generan arriba del 70 por ciento de las fuentes laborales en el país-, han tenido que cerrar sus puertas porque no están consideradas dentro de las actividades esenciales. Y todavía peor, donde el gobierno no tiene la mínima propuesta para respaldar a esa gente que en la pirámide social ocupa la franja más amplia, desprotegida y vulnerable, y cuya realidad en estos momentos choca violentamente con la trillada frase de ‘Primero los pobres’, que en los hechos se convierte en una falacia.

Aunque ya saben quién siempre tiene otros datos, las cifras ofrecidas por Luisa María Alcalde, secretaria del Trabajo del Gobierno Federal, son para espantar al más tranquilo: entre el 13 de marzo y el 6 de abril se han perdido en México 346 mil 878 empleos, lo que contrasta –para no variar- con la promesa –de lengua me echo un plato-, de que en este año se generarán alrededor de dos millones de empleo.

En los años más recientes el año que mejor nos fue en materia laboral fue en 2010, cuando se alcanzó la más alta cifra de creación de empleos con alrededor de 750 mil plazas, cuando la meta desde hace por lo menos un par de sexenios, es crear anualmente un millón de nuevas plazas laborales, para medianamente ofrecer oportunidades a los jóvenes –universitarios o no- que cada año se incorporan al mercado laboral.

Salvo que vayan a salir de la chistera, no se ve por dónde se vayan a generar dos millones de empleo en nueve meses, es decir, esa cifra se prometió para este año, pero de entrada arrancamos la promesa con un déficit de casi 350 mil empleos, que de acuerdo con estimaciones de organismos del sector privado, podría alcanzar a final de año el millón 400 mil plazas perdidas, y así como se ven las cosas y la postura adoptada por el gobierno federal de ‘voy derecho y no me quito, y si me pegan me desquito’, hasta las proyecciones de la IP parece optimistas.

Toda la gente que se ha quedado sin empleo, sin fuentes de ingreso para sus familias, todos los micro, pequeños y medianos empresarios que han tenido que cerrar sus puertas ¿Usted cree que se van a quedar tranquilos y encerrados en casa en medio de la pandemia? Por supuesto que no, se van a mover hoy más que nunca en busca del pan para ellos y sus familias, para muchos en este país, entre morir de inanición ellos y sus familias o morir por el Covid-19 les da exactamente lo mismo, pero al menos lo hicieron esforzándose por conseguir comida para los suyos.

Esta situación que es real, y es lo que pone ‘los pelos de punta’ a las autoridades de salud, porque –aunque muchos se siguen moviendo por ignorancia, por tercos, por valemadristas- esta movilización de personas puede llevar a colapsar los sistemas de salud de los estados, y como consecuencia el federal.

El gobernador de Coahuila destacó este jueves que en su gran mayoría la gente está teniendo un buen comportamiento, pero volvió a insistir lo crucial que serán las próximas semanas para evitar que la curva crezca, y puntualizó que Coahuila tiene que hacer lo suyo, “y a nosotros nos importa que las y los coahuilenses, nos ayuden a quedarse en casa”.

El secretario de Salud de Durango, Sergio González Ramos, suplica cada noche que la gente se quede en casa, “pero que sea de a de veras”, porque sabe que si esto no se frena, colapsará el sistema de salud, y entonces no habría camas, ni médicos, ni equipo suficiente para enfrentar ese hipotético escenario que de nosotros depende que no se convierta en realidad.

Así que, por favor, por favor, por favor, si te es posible ¡Quédate en casa!

laotraplana@gmail.com

@JulianParraIba

Autor

Julian Parra Ibarra
Es director del diario digital La Otra Plana y la revista impresa Metrópolis. En cuatro décadas de ejercicio periodístico ha trabajado en diarios como El Norte de Monterrey, La Opinión-Milenio en Torreón, Esto en la Ciudad de México y a.m. en León, Guanajuato entre otros; ha sido conductor en programas de radio y televisión. Es columnista en varios medios impresos y digitales de Coahuila y Durango.
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Es director del diario digital La Otra Plana y la revista impresa Metrópolis. En cuatro décadas de ejercicio periodístico ha trabajado en diarios como El Norte de Monterrey, La Opinión-Milenio en Torreón, Esto en la Ciudad de México y a.m. en León, Guanajuato entre otros; ha sido conductor en programas de radio y televisión. Es columnista en varios medios impresos y digitales de Coahuila y Durango.