EL MESÓN DE SAN ANTONIO  

El coronavirus, hará reír en un tiempo futuro

 No le voy a pedir que usted presencie, de forma virtual, las llamadas “mañaneras” del presidente de México, ya que por fortuna existen personas que por su trabajo tienen que hacerlo de forma constante, ese es su oficio: comunicar. Aunque no estaría mal que algún día incursione en este ejercicio lanzado desde la presidencia de la República, tan siquiera para ambientarse del humor característico de AMLO y su séquito, digo, gabinete.

Entonces tomemos el concepto de comunicar para darle sentido a eso que en las mañaneras está, pero no de manera explícita: la comunicación.

¿Qué es comunicar? En el sentido estricto del concepto:

  1. Poner a alguien al corriente de alguna situación;
  2. Informarle a alguien sobre algo;
  3. La comunicación que se mantiene con alguien, ya sea por escrito o de manera oral para ponerlo al corriente de alguna cuestión o para transmitirle simplemente las novedades sobre algo;
  4. Aquel paso especialmente creado con la misión de unir una cosa con otra;
  5. Acción de dar a conocer o poner en conocimiento de la gente, del público, alguna cuestión que resulte de interés.

 

Las mañaneras, cuyo contenido primordial era abordar los asuntos urgentes del país, de pronto dio un viraje y se forjó un camino distinto con el toque especial de sorpresa-escepticismo-incredulidad. Con el fenómeno del Coronavirus o Covid-19, este espacio se expandió a la media tarde o noche primera para informar a los mexicanos de la situación en tiempo real, estado actual, fases que trascurren, así como de las medidas que debemos adoptar y la solidaridad necesaria para evitar su propagación y contribuir a la pronta erradicación.

No sólo se trata de que Andrés Manuel López Obrador sea inmune y fuerte ante esta pandemia, como lo ha manifestado el hombre del momento Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud, sino que debería tomarse en cuenta a la población total del país, que quizá requiera calma y consuelo ante la creciente incertidumbre y el temor de que los sistemas de salud terminen de colapsar.

No por nada es tendencia en redes sociales que las medidas adoptadas en México frente a este problema que se viene como bola de nieve, ha sido tardío, insuficiente y ligero, tomado casi como un chiste. “Lávese las manos mientras canta el estribillo de Las Mañanitas”, expresó hace unos días López-Gatell.

Comunicar de forma expedita es una virtud que no todos poseen, pero uno esperaría que al contar con los recursos y los canales suficientes como los de la Presidencia, ésta debería ser óptima, real y suficiente para evitar el pánico por las famosas fakenews.

Por fortuna China, país donde se dice que se originó el brote, comienza a revertirlo con medidas higiénicas de maravilla y hasta con el posible descubrimiento de la vacuna.

¿Qué han hecho ellos que no hemos hecho nosotros?

El desarrollo de esta pandemia es cuestión de vértigo, como si hubiéramos recorrido con exagerada velocidad esta esfera, lo cual nos trajo una serie de estropicios que nos ponen en situación de riesgo poblacional.

El barco cruza esa tormenta, pero aún no está a la deriva.  Esperemos vuelva la calma en los próximos días.

Como quiera, y para efectos prácticos, nuestro primer presidente de izquierda no nos unió.

Fruto de la incertidumbre, AMLO y su gabinete de salud ofrecieron opiniones contradictorias y faltas de credibilidad. La bonanza descrita no gusta del todo y se siente como un bache en medio de la tormenta. Los presentimientos inundan, como si también algo nos avisara más allá de la razón que habría que fruncir el pecho, ser bizarros en estos momentos.

Unir una cosa con la otra.

Fue el acabose comunicacional de este momento, una crisis verbal que debe consignarse en el anecdotario de las cosas dichas. Seguimos aún en esa oferta de frases que harán reír en un tiempo futuro.

Mientras tanto, incomunicar y callar, son los dos conceptos que se oponen a la palabra comunicar, ya que suponen la privación de la comunicación de algo a alguien, y el no hablar o guardar silencio, sobre algo. Nos han dicho que debemos estar incomunicados, hágalo.

Protejámonos los días más severos que ya están por llegar; cuidémonos, sigamos las medidas de salud que recomiendan, elevemos el espíritu solidario y sobre todo, ofrezcamos una sonrisa a nuestros congéneres.

 

Autor

Alfonso Vazquez Sotelo