HISTORIAS DE SALTILLO

A través de sus personajes, sus anécdotas y sus lugares

 TAMARA NAZARETH MEDRANO FLORES

Otilio González

Son muchos los hombres ilustres que a pesar de su gran valentía o trabajo han sido olvidados por el tiempo. La constante rutina y la modernidad se han encargado de borrar sus huellas poco a poco. Las grandes hazañas que hicieron alguna vez quedan resumidas en placas representativas que recuerdan sus nombres, con breves semblanzas de su vida. Entre las calles y bulevares de nuestra ciudad sobresale el nombre de Otilio González quien fue un excelente poeta y opositor político, posición que terminó con su vida a los 33 años de edad.

Otilio González fue un poeta, diplomático y orador nacido en Saltillo en el año de 1894. Muchos de los versos escritos por Otilio González fueron incomprendidos, pero a la vez alabados. En las hojas de aquellos poemas que actualmente son complicados de encontrar sobresalen temas como el erotismo, el honor y la gloria. La pluma de Don Otilio reflejaba aquella imperfecta, pero grandiosa rima que únicamente un poeta como él, podía manifestar. Su destino estuvo marcado por la desventura, injusticia y tragedia. En los poemarios que escribió en vida se resalta aquel sarcástico y nostálgico verso que producía, haciendo que cualquiera que leyera su lírica quedara profundamente enamorado. Podemos destacar a Otilio González como un gran amante de la literatura, el tabaco y la belleza femenina siendo este último, la principal inspiración de algunos de sus escritos:

 

“Pasa una rubia de ojos aceituna junto a mí: con los pezones va escribiendo tentaciones; y yo siento a mi deseo, como un pájaro irascible dar debajo del flexible fieltro negro un aleteo.”

 

Al empezar a escribir su prosa siempre optaba por fumarse un cigarrillo afirmando que escribir se le daba muy bien. Las palabras venían solas como en forma de música, que al mezclarse con el papel creaban aquella poesía que algunos catalogan como incomprendida. Podemos afirmar que era un gran amante de la ciudad que lo vio nacer, pues en algunos de sus poemas se manifestaban los recuerdos de su infancia haciendo énfasis en las paredes de adobe que cubrían su casa y aquellas huertas que asaltaba cuando niño.

Su espíritu aventurero e indomable se vio fuertemente atraído por la política por lo que se unió a los ideales de Francisco R. Serrano, candidato antirreeleccionista en 1927 a la Presidencia de la República. Serrano planeaba una sublevación militar contra el gobierno de Calles y la reelección de Álvaro Obregón, por lo que al ser descubierto fue apresado en Cuernavaca con trece acompañantes entre los cuales se encontraba Otilio González. Su vida fue corta, a comparación de la gran historia que dejó. 33 años tenía cuando el destino le cobró factura. En calendario se marcaba 3 de octubre de 1927 Francisco Serrano, Enrique Monteverde, Octavio Almada, Rafael Martínez de Escobar y Otilio González por mencionar algunos fueron encontrados sin vida en la llamada matanza de Huitzilac. Se dice que fue el general Claudio Fox el culpable de su muerte, otros afirman que fue  Álvaro Obregón y hay quienes apuestan que  la orden de su muerte  fue dada por Plutarco Elías Calles.

El misterio aún está sin resolver, pero aquellos hombres y jóvenes revolucionarios murieron con valor, entereza y dignidad. La esposa de Otilio González se encontraba embarazada cuando su esposo perdió la vida, razón por la cual se dice que tanto en su vida como su en su muerte la tragedia lo acompañó.

El general Claudio Fox, presunto ejecutor de la matanza, al ser interrogado por el periodista Vito Alessio Robles sobre la actitud de los prisioneros momentos antes de su muerte, declara que la actitud de Otilio González no la puede calificar con otra palabra que no sea soñador. Hay quienes tienen el gran privilegio de ser reconocidos y resaltados en los libros de historia, pero también están aquellos que ni la peor de las infamias o la corrupción pueden esconder o hacer callar, pues como Otilio González escribió alguna vez, ¡Oh muerte, no te huyó!

 

AUNQUE LA CASA Dónde nació Otilio González, en la calle de Pérez Treviño, en el centro de Saltillo se encuentra prácticamente en ruinas, aún persiste una placa que señala el histórico lugar