AVISO DE CURVA

Cuando despertó, los Moreira seguían allí

 Dos años después de ceder el poder formal, los Moreira siguen marcando el rumbo de la política coahuilense. Rubén como legislador federal y estratega de la próxima campaña del PRI de Coahuila; Humberto como mandamás de Unidos, nuevo partido de oposición; Carlos como influyente líder magisterial; y Álvaro como eficaz operador de la estructura territorial del PRI y próximamente como candidato a diputado local.

Los cuatro, cada uno desde su trinchera, cabalgan a lomo de caballo blanco y ganan batallas políticas para después convertirlas en factores determinantes de lo que sucederá en las próximas elecciones para renovar el Congreso local; y, si observamos con atención, es fácil inferir que las acciones de los Moreira podrían dibujar algunos de los vectores que conducirán las elecciones de 2023 para renovar la gubernatura de Coahuila.

Básicamente los Moreira avanzan rápido y con estrategia. Ahora mismo, algunas muestras de habilidad e influencia política tienen a la Sección V del SNTE en jaque, a punto de que sus liderazgos y dirigentes regresen obligadamente al “redil” oficial del que su anterior dirigente, hoy forzado a rendir cuentas frente a la justicia, José Luis Ponce, los había intentado aislar.

Hoy también, producto de una mezcla del cálculo electoral con acuerdos políticos, la fuerza de los Moreira se hace sentir al lograr que después de ocho años de sequía, el apellido aparezca de nueva cuenta en las boletas electorales, uno de manera directa y el otro de forma indirecta.

En el primer caso, me refiero a la inminente candidatura a diputado local de Álvaro Moreira quien, como lo describimos en otra colaboración, controla el volumen electoral con el que triunfa o es derrotado cualquiera que aspire a un cargo de elección en la capital coahuilense. En esta ocasión, Álvaro logrará colarse en las boletas electorales, y con facilidad conseguirá ser diputado en la próxima legislatura.

No es que el más joven de los Moreira que participan en política no tenga los méritos suficientes o la fuerza electoral para hacerse de la candidatura, lo que sucede es que muchos apostaban a que el apellido, colocado en la papeleta, le podría traer al PRI mayores costos que beneficios. De hecho, pese a su insistencia, cuando su hermano Rubén fungía como Gobernador, le fue negada la candidatura, sobre todo por el temor de que los medios de comunicación revivieran los asuntos del pasado. Sin embargo, al paso de los años, o el apellido se ha limpiado o es tal la fuerza electoral y la influencia política de Álvaro Moreira que el PRI prefiere sobrellevar los comentarios y notas negativas que se vendrán en la prensa, a prescindir en las boletas del primer operador electoral de este organismo político, identificado por algunos como el héroe de batallas pérdidas.

En otras latitudes, todo parece indicar que Humberto Moreira, aunque de forma indirecta, también aparecerá en las boletas en la próxima elección local. Probablemente lo hará a través de su hijo, Rubén Humberto, como candidato a diputado local por algún distrito con cabecera en Saltillo.

En caso de asegurar el registro y acceder a alguna curul por la vía plurinominal, Unidos, el partido del profesor Humberto, podría convertirse en el organismo que aglutine a todos aquellos liderazgos que se formaron al amparo de su gobierno. Varios de los funcionarios y activos políticos que sobresalen y operan en la actual administración, en su momento hicieron antesala en la casona de Lomas de Lourdes en Saltillo, con la esperanza de que el ‘Profe’ los eligiera para ocupar alguna posición política o administrativa. En concreto, muchos si no es que todos, se la deben al ‘Profe’.

En conjunto los Moreira son demoledores. Pero hay uno en especial cuya participación será definitiva. Me refiero al ex gobernador Rubén Moreira que, bajo la casaca de estratega de situaciones intrincadas y enarbolando el lema “las elecciones se ganan antes del día de las elecciones”, tendrá a su cargo la construcción del andamiaje estratégico, incluyendo la negociación con otras fuerzas políticas, para que el gobierno de Miguel Riquelme mantenga, como hasta ahora, la viabilidad negociadora con el Congreso, así sea con o sin mayoría priísta.

Aunque este sencillo análisis pueda exasperar a quienes no comulgan con los Moreira, la verdad es que está muy lejos de ser ficción.

Su presencia es real y por supuesto que divide opiniones. Estampas políticas para algunos, aves de tempestades para otros.

Así es de caprichosa la política en Coahuila

 

olveraruben@hotmail.com